El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer que el Consejo de Ministros aprobará la reforma laboral el miércoles 16 de junio, "se produzca acuerdo o no" entre sindicatos y empresarios. El nuevo plazo fijado por el Gobierno se producía horas antes de que los agentes sociales volvieran a reunirse con el Ejecutivo -después de las siete de la tarde- en otro intento de acercar posturas sobre la reforma laboral. Pasadas las 10 de la noche, la negociación volvía a fracasar y las tres partes se emplazaban a una nueva reunión el próximo miércoles.

Zapatero ya aventuraba por la mañana que el acuerdo de los agentes sociales era algo que "no es fácil de conseguir", aunque explicó que si lo hubiera, se aprobaría el contenido de ese pacto. Si no lo hay, añadió, el Gobierno ya tiene perfilado el contenido de una reforma "que va a afectar a aspectos esenciales de nuestro mercado de trabajo" y que se aprobará el miércoles 16, víspera del último Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas durante el semestre de la Presidencia española de la UE.

A su juicio, la reforma laboral es necesaria para contribuir a crear empleo, reducir el paro y hacer que en el mercado de trabajo haya mucho más empleo indefinido que precario.

Zapatero, que recordó que la economía ya creció en el primer trimestre, estimó que "debemos crecer en este segundo trimestre" y "tener confianza a pesar de las dificultades graves que existen en los mercados financieros". Las turbulencias que se registran cada día, a su juicio, "necesitan de respuestas de confianza para eliminar esa intranquilidad". Si Zapatero admitía las dificultades en el diálogo social, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, afirmaba que la negociación está en "un momento delicado", el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también lo vio "muy difícil" y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró por la mañana en Alicante que el éxito del proceso depende de la "voluntad" de las partes y de la "correspondencia" de la patronal. En este sentido, el líder de UGT subrayo que en estos momentos "el problema no es de calendario, sino de contenidos. Los cambios deben solucionar los problemas de la economía real y no acallar a los mercados financieros". Méndez reiteró, asimismo, que si el Gobierno impone una reforma sin acuerdo "habrá una huelga general".