El Comisario Europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, explicó hoy que el jueves siguió desde Bruselas el debate del decreto ley del plan de ajuste propuesto por el Gobierno y avisó de que si no se hubiera aprobado, hoy probablemente no estaría en el foro y todos estarían ocupándose de cosas "más inmediatas y urgentes".

En la clausura de la XXVI Reunión del Círculo de Economía que se celebra en Sitges, Almunia también admitió que no se sintió muy contento con las actuaciones de quienes habían estado durante tiempo diciendo que se habían de tomar medidas y el día de la votación "se bajaron del autobús".

"Sinceramente no creo que esta sea la forma de salir de la crisis", dijo ante el nutrido foro de empresarios. El Gobierno logró sacar adelante por un voto las medidas para atajar el déficit, después de que el PP votara en contra y CiU se abstuviera.

Almunia reclamó a todos ser conscientes de la situación actual y llamó a la responsabilidad de instituciones, Gobierno y oposición.

En su intervención, el comisario europeo echó de menos en Europa una visión de los países más allá del interés particular de cada uno de los países o una visión más estratégica en una perspectiva más amplia y trasladó el mismo caso a España.

"Hace falta poner en perspectiva cuáles son nuestros problemas y debatir más que descalificar, afirmó, tras constatar que su impresión, desde Bruselas, es que en España se descalifica por encima de la media.

Almunia también lamentó que a veces la profundidad de los debates en el espacio público "deja que desear". Aún así, dijo que en España la inmensa mayoría sabe lo que hay que hacer para superar la actual situación y tener un futuro mejor.

Grecia, la espoleta

El vicepresidente y comisario europeo de la Competencia también habló de la convulsa situación de Grecia y de las medidas adoptadas para su rescate. En su opinión, el caso griego ha servido de espoleta para que Europa se percatara de que tenía un problema de gobernanza pendiente de resolver.

Almunia abogó por fomentar la coordinación y dar un impulso a la dimensión europea para facilitar la salida de la crisis. Almunia recordó que el impulso del crecimiento no está en manos ni del Banco Central Europeo (BCE) independiente ni de otros organismos. "Ya no le podemos pedir más", remachó.

A su juicio, el crecimiento vendrá de la mano de conocidas reformas, como la reforma del mercado de trabajo, medidas que permitan innovar y una adecuada regulación del sistema financiero.