El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha asegurado que la reforma impulsada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para reducir el déficit público, y que contempla una rebaja de los sueldos de los ministros, le supondrá un recorte de unos 600 ó 700 euros al mes.

Corbacho, que ha participado en Lleida en un almuerzo-coloquio organizado por el Fòrum Empresa, ha explicado en respuesta a las preguntas de los periodistas que le aplicarán un recorte de un 15% sobre su sueldo, que es de unos 83.000 euros anuales brutos, sin pagas extraordinarias.

"En mi caso", ha dicho, "serán 600 ó 700 euros al mes. Creo que es el mínimo sacrificio que tendremos que hacer los que tenemos los sueldos más altos dentro de la administración pública, es razonable que nuestro esfuerzo sea superior", ha explicado Celestino Corbacho.

Asimismo, el ministro ha señalado que espera que los altos cargos de las empresas públicas, que no estarán afectados por la reforma porque tienen estatus y convenio propio, también se apliquen un recorte de sus sueldos en consonancia con lo que ha hecho el Gobierno.

"Estoy convencido de que en el sistema financiero, el personal que no es objeto de convenios, los altos cargos, también se están reduciendo su sueldo", ha concluido Corbacho.

Reforma laboral

Celestino Corbacho ha agregado que el diálogo social del Gobierno con patronal y sindicatos sobre la reforma laboral tiene que cerrarse este mes, y confía en que esta mesa no se rompa ni se convoque una huelga general pese al plan de ajuste anunciado por el Ejecutivo.

"Confío en que antes de final de mes haya un acuerdo. En cualquier caso, ya no podemos continuar esperando más tiempo", ha dicho el ministro, quien ha insistido en que "la reforma laboral se hace ya necesaria", pues de lo contrario "estas medidas quedarían incompletas".

En caso de no llegar a un acuerdo, el Gobierno aprobaría la reforma del mercado laboral y del sistema financiero de forma unilateral con las medidas ya presentadas públicamente el 5 de febrero y que fueron ampliadas el 12 de abril.

Corbacho ha detallado que hay sobre todo dos materias en las que la postura del Gobierno choca con la de la patronal y los sindicatos y hacen difícil el consenso.

"La patronal sigue teniendo en sus reivindicaciones el tema de la rebaja de cuotas de la Seguridad Social", una petición "difícil de atender", ha señalado el ministro, porque "cualquier rebaja de las cuotas incrementaría directamente el déficit público" y eso es incompatible con las medidas del Gobierno que "son para la corrección de déficit", ha asegurado Corbacho.

Respecto al punto de desacuerdo con los sindicatos, ha explicado que estos tienen reticencias en la ampliación del contrato de fomento que propone el Gobierno para reducir los contratos temporales, y que tendría un coste por despido improcedente de 33 días por año trabajado.

En cuanto a la posibilidad de que los sindicatos convoquen una huelga general, el ministro ha recordado que durante la crisis las centrales sindicales, "prácticamente siempre", han dado pruebas de ser serios y de apostar por el diálogo y el acuerdo.

"Tenemos unos sindicatos maduros y responsables. Estoy convencido de que una huelga general sería el último escalón al que los sindicatos recurrirían".

"Una huelga general tiene un significado de protesta potente, pero también tiene efectos muy malos sobre la economía y ellos son responsables, lo que no quiere decir que renuncien a tomar las medidas que consideren necesarias para discrepar", ha concluido.