Los "swaps", los complejos productos derivados que bancos y cajas de ahorros comercializaron como simples seguros frente a las subidas de los tipos de interés, ya son el segundo motivo de queja contra el sector financiero en la provincia, según los datos de Ausbanc, sólo por detrás de los problemas surgidos con las hipotecas. Hasta 640 personas se acercaron el año pasado a las instalaciones de la asociación en busca de consejo ante las enormes facturas que les reclamaban las entidades por algo que, en teoría, iba a servirles para ahorrar. La progresión es espectacular ya que el año anterior Ausbanc sólo tuvo conocimiento de dos casos.

Las historias de todos ellos suelen coincidir. Por lo general se trata de pequeños empresarios a los que les ofrecieron de forma gratuita y, supuestamente, por ser clientes preferentes un seguro que les protegería de las subidas de los tipos de interés. Eran los años 2007 y 2008, antes de la quiebra de Lehman Brothers, cuando el Euribor alcanzaba máximos históricos y las pólizas de crédito no paraban de encarecerse.

Si los tipos de interés subían, las entidades tenían la obligación de devolverles parte de los intereses cobrados. Lo que no solían advertir es que, en caso de bajar, era el cliente el que tenía que compensar al banco y, además, con cantidades mucho mayores, de miles de euros. Muchas pymes que percibían devoluciones de 300 ó 400 euros trimestrales se encontraron, de repente, con facturas que superaban los 4.000 euros.

Los 'swaps' se comercializaron muchas veces rayando la estafa", denuncia el delegado de Ausbanc en Alicante, Pedro Pérez. "Los contratos son completamente incomprensibles, ni siquiera los profesionales llegan a entenderlos. Hemos tenido abogados especializados que han venido a consultarnos ante el galimatías que tenían delante", señala Pérez.

En realidad, "swap" significa permuta y lo que hacen las partes es es traspasarse mútuamente el riesgo financiero. Se trata de una fórmula empleada ampliamente en operaciones de compras a futuros de materias primas y similares, en ningún caso de un producto para un cliente no especializado. Ésa es precisamente la base de muchas de las reclamaciones presentadas, según el delegado de la asociación de consumidores. "Desde diciembre del año 2007 para vender este tipo de productos la normativa exige que el cliente supere un test MIFID (un cuestionario para conocer realmente el nivel de comprensión del cliente y si es consciente de lo que contrata) pero no se hizo así" explica Pedro Pérez.

Resulta difícil calcular el numero de afectados pero las cifras de esta asociación dan una idea. El número total de consultas y reclamaciones aumentó un 35% el año pasado, al registrarse 2.900 frente a las 2.150 de 2008, y prácticamente todo este aumento se debió a los "swaps". Las hipotecas siguen siendo el principal motivo de queja, con 960 casos, pero los falsos seguros de tipos ya son el segundo, con un 22% de todas las consultas.

Manifestación en Benidorm

La gravedad del problema al que se enfrentan muchas pequeñas y medianas empresas que contrataron este producto financiero ha provocado que se constituyan incluso asociaciones de afectados especializadas, como Apymad, que recientemente celebró su primer encuentro en Alicante y que promueve varias demandas colectivas. Esta organización, que cuenta con unas 60 pymes asociadas en la provincia, ha convocado una protesta para el próximo día 21 de abril en la ciudad de Benidorm. La concentración será en la calle del Puente, donde se ubican un buen número de oficinas financieras, según la portavoz de la asociación, Mercè Muñoz.