Las dudas sobre la capacidad de recuperación de la economía española y sobre la solvencia de sus cuentas públicas, alimentadas por las declaraciones de Joaquín Almunia y los bandazos del Gobierno en la reforma de las pensiones, provocaron ayer la mayor caída de la bolsa desde noviembre de 2008, cuando los gobiernos de todo el mundo tuvieron que salir en auxilio de los bancos para evitar el colapso del sistema. El principal indicador del mercado español, el Ibex-35 cedió 646,70 puntos, hasta situarse en los 10.241,7, lo que equivale al 5,94%. Desde el inicio del año la depreciación ya alcanza al 14,22%.

Ni las declaraciones de dos de los vicepresidentes del Gobierno, Elena Salgado y Manuel Chaves, desligando por completo la situación española de la griega; ni el apoyo del presidente del Santander, Emilio Botín, y del Fondo Monetario Internacional (FMI) a los planes del Ejecutivo para sanear las finanzas públicas y garantizar el sistema de protección social lograron tranquilizar a los mercados.

Retroceso de los "grandes"

El rojo tiñó la cotización de casi la totalidad de las empresas que se negocian en la bolsa española y los "grandes" valores del selectivo Ibex-35 vivieron una sesión de pronunciados retrocesos en los que el Banco Santander -que presentó sus resultados de 2009- bajó un 9,40%, el BBVA un 7,54%, Telefónica un 3,44%, Repsol YPF un 3,55% e Iberdrola un 4,71%. No obstante fueron las inmobiliarias Ferrovial, con un -11,34%, y OHL, con un -9,46%, los valores que encabezaron el desplome.

En Europa, con el euro en 1,375 dólares, poco antes del cierre de la bolsa española, Milán bajaba el 3,34%, el índice Euro Stoxx 50, el 3,51%; Londres, el 2,41%; Fráncfort, el 2,56%, y París, el 2,74%.

La jornada se abrió en negativo desde el primer momento después de que la Comisión Europea decidiese el miércoles tomar bajo su control las cuentas públicas de Grecia y el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, asegurase que este país compartía con España, Portugal y otros problemas estructurales, desatando el temor entre los inversores.

La vicepresidenta y ministra e Economía, Elena Salgado, intentó parar el golpe y señaló que Almunia había sido "poco prudente" y le criticó por "simplificar demasiado". "La situación de España no es parecida a la de Grecia ni en términos de deuda pública ni de fortaleza económica", afirmó la ministra de Economía, quien subrayó que el Ejecutivo español lleva tiempo haciendo los deberes para salir de la crisis. Por contra, recordó que en Grecia ha habido un "problema" con las estadísticas que elabora el Gobierno porque no estaban plasmando la realidad, algo que no ocurre en España, donde "reflejan absolutamente nuestros datos". En la misma línea el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, también señaló que no compartía las declaraciones de Almunia y defendió la política del Ejecutivo español "que ha presentado un programa de ajuste absolutamente razonable". A las críticas al comisario europeo se sumó también el gobierno portugués, que también dijo de las declaraciones de Almunia que eran "infelices" y "engañosas". Por su parte, la número dos del comisario español, Amelia Torres, señaló que Joaquín Almunia se limitó a responder una pregunta y no fue él quien planteó la comparativa.

La advertencia de Trichet

No obstante, estas no fueron las únicas malas noticias que llegaron desde Europa, también el Banco Central Europeo contribuyó al nerviosismo, a pesar de que su presidente, Jean Claude Trichet, expresó su confianza en que Grecia salga de la situación en la que se encuentra. Pesaron mucho más sus advertencias sobre los grandes y crecientes desequilibrios fiscales a los que se enfrentan muchos países de la eurozona y que pueden afectar al pacto de estabilidad. La apertura en negativo de Wall Street acabó de hundir el mercado de renta variable español. Entre los pocos valores que consiguieron cerrar el positivo destaca la CAM, con una subida del 0,35%.

Botín defiende las últimas medidas del Ministerio

El Gobierno encontró ayer un inesperado aliado en el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, quien defendió las últimas medidas económicas adoptadas por el Ejecutivo y aseguró que se trata de "las más importantes de los últimos años". Botín hacía referencia de este modo al plan de austeridad que prevé un recorte del gasto público de 50.000 millones hasta el año 2013. En opinión del banquero, estas decisiones "van en la buena dirección" pero hace falta que se pongan en marcha "pronto". Botín también defendió la "fortaleza" y la "solidez" de la economía española y calificó de "poco prudentes" las declaraciones del comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, en las que aseguraba que España compartía problemas estructurales con Grecia o Portugal. Según el presidente del Santander, no se puede comparar la situación española con la griega porque sería "como comparar el Real Madrid con el Alcoyano". No obstante, Emilio Botín considera necesario que los partidos políticos alcancen un acuerdo para "quitar el nerviosismo" de los mercados.