El vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps, llevó ayer al extremo la presión que desde hace dos semanas ejerce sobre la Caja del Mediterráneo para que acepte fusionarse con Bancaja. En una situación jamás vivida en ninguna otra autonomía ni tampoco en ninguna de las ocasiones precedentes en que la unión de las dos cajas de la Comunidad se ha intentado por parte del poder político, ni bajo la presidencia de Joan Lerma ni bajo la de Eduardo Zaplana, Gerardo Camps hizo unas declaraciones en los pasillos de las Cortes que ponían en cuestión la solvencia futura de la CAM, a pesar de que la entidad con sede en Alicante, aun reduciendo beneficios y sufriendo la crisis como el conjunto del sistema financiero, jamás ha sido puesta en tela de juicio por el Banco de España y cerrará el ejercicio con beneficios. Sobra la situación de Bancaja y sus balances, sin embargo, el conseller no se pronunció.

Las manifestaciones de Gerardo Camps en los pasillos de las Cortes sobre la situación de las cajas ante un grupo de periodistas corrieron, valga esta vez el tópico, como la pólvora en los medios financieros de dentro y fuera de la Comunidad pero acabaron por dispararse cuando uno de los medios presentes -"El País"- publicó en su edición digital pasadas las seis y media de la tarde una pieza, firmada por uno de sus redactores, titulada "El Consell asegura que la CAM entrará en pérdidas en 2010".

La información sembró de inmediato el estupor en Alicante, donde empezaron a sucederse las reacciones, muchas de ellas en un tono de elevada indignación por lo que las palabras suponían de jugar con el crédito de la caja y de ponerla en una dificilísima situación en el mercado. A pesar de ser conocedor de esas reacciones, el vicepresidente no emitió un comunicado desmintiendo esas afirmaciones hasta pasadas las 20,30 horas, casi dos horas después de que sus palabras estuvieran circulando. Más aún: este periódico tiene constancia de que el conseller, lejos de apresurarse a negar que hubiera hecho esas declaraciones, sólo emitió el desmentido después de que hablaran con él, al menos, el presidente de la entidad, Modesto Crespo, la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y el mismísimo presidente de la Generalitat, Francisco Camps. En el mentís, Gerardo Camps se limita a afirmar que las palabras puestas en su boca por la edición digital son "rotundamente falsas", pero a continuación no hace defensa alguna de la solvencia de la caja alicantina, circunscribiéndose a señalar que "la situación económica de cualquier caja de ahorros resulta desconocida para el organismo autonómico de tutela", en alusión al Instituto Valenciano de Finanzas.

Antes de que se conocieran tanto las supuestas declaraciones como el desmentido, la patronal alicantina, de cualquier forma, había vuelto a propinar otro varapalo al vicepresidente del Consell y a sus continuas declaraciones presionando a la CAM.

Sólo 13 días después de pronunciarse por primera vez, el comité ejecutivo de la Confederación Empresarial de la Provincia (COEPA) tuvo que emitir ayer un nuevo comunicado en el que se reafirma en su planteamiento de que "Caja Mediterráneo y Bancaja deben mantener su carácter independiente con el fin de preservar la pluralidad de proveedores de servicios financieros a disposición de los empresarios, fundamentalmente las pymes".

Inoportunidad

"La fusión CAM-Bancaja (prosigue la nota de COEPA) no es oportuna puesto que no aporta valor social añadido y, por el contrario, su realización en este momento de crisis tendría un alto coste social y laboral".

COEPA afirma también en comunicado que distribuyó ayer que "cualquier proyecto de fusión que afecte a Caja Mediterráneo se debe plantear únicamentesobre criterios técnicos y económicos". "Hasta el momento -subraya, poniendo el dedo en la llaga, puesto que el Consell no ha facilitado cifra ni informe alguno que avale una fusión con Bancaja- no se ha hecho público ningún informe que nos haga cambiar de opinión".