El informe destaca además que, si hasta hace relativamente poco tiempo los establecimientos especializados en descuentos y los productos del distribuidor estaban "reservados" a los grupos de población con menores ingresos, hoy su consumo se ha "democratizado" y se ha extendido a todos los estratos de la sociedad.

Así, el consumo de marcas blancas ya no es exclusivo de consumidores con un nivel económico bajo y, por otro lado, los distintos grupos de población cada vez valoran más la calidad de este tipo de productos.

Por tipología del consumidor, los residentes en zonas turísticas (nacionales y extranjeros), jóvenes parejas con un creciente poder adquisitivo y residentes en áreas en las que prima la actividad industrial, son los grupos que, junto a los consumidores con menores ingresos, afirman adquirir productos de marca blanca con mayor frecuencia.

Experian detalla que los grupos más afines a la compra de estos productos se encuentran también entre los que con mayor frecuencia reconocen que recortan el presupuesto de alimentación para ajustar gastos, "corroborando con ello la relación existente entre marca blanca y ahorro".

Junto con la asociación al bajo precio, los resultados del estudio muestran también una mejora de la imagen de estos productos, que para gran parte de la población resultan de calidad similar a los de las grandes marcas comerciales.

PERMANECERÁ "MÁS ALLÁ" DE LA CRISIS

"La confianza tradicionalmente transmitida por la marca comercial de referencia se ve sustituida por la confianza que otorga el propio establecimiento y enmarca el consumo de sus marcas bajo el paraguas de una 'compra inteligente' que permite obtener calidad similar a menor precio y que se adivina como una nueva forma de comprar que permanecerá más allá de la crisis", agrega el informe.

Experian precisa que las clases más altas, con una propensión a la compra un 12% por debajo de la media nacional, no entran en la categoría de compradores habituales, pero se sitúa entre los que valoran la calidad de estos productos de forma más positiva, dejando la puerta abierta a un consumo futuro. En cuanto a los "urbanitas", residentes en las grandes áreas metropolitanas, señaló que su propensión a un mayor consumo a corto plazo se sitúa un 11% por encima de la media nacional.