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La vida después del cáncer

«El cáncer de pecho que me diagnosticaron a finales de 2011 fue el motivo que me llevó a vitrificar. Tenía muy claro que en un futuro mi gran deseo era poder ser madre y no lo dudé ni un instante», confiesa Clara, nombre ficticio de una mujer que no quiere desvelar su identidad.

Con un diagnóstico como el de Clara hay que tener en cuenta que la quimioterapia, que es la vía para matar el cáncer, también lo es para terminar con la reserva ovárica femenina. Por este motivo el tiempo juega en contra. La mujer que desea ser madre tras superar la enfermedad debe someterse a una estimulación ovárica antes de comenzar con el tratamiento, y debe ser rápido, porque el tumor no entiende de maternidad y va haciendo camino. Cuando una mujer con este diagnóstico congela sus óvulos no sólo está asegurándose la posibilidad de ser madre, además está plantando cara a la enfermedad, haciendo planes para el futuro.

«Tener los óvulos vitrificados es un aliciente para las pacientes de oncología. Es un motivo de superación, una forma de saber que tras esta dura enfermedad hay futuro y puedes recuperar tus planes de vida», explica la psicóloga de la Asociación contra el Cáncer de Alicante, Beatriz Galván. «Saber que tienes una esperanza el día de mañana de poder ser madre te cambia la visión y perspectiva de las cosas. No es un camino fácil. Lo más importante es tener buen ánimo, pensar en positivo y hacer todo lo que está en tus manos para que vuelvas a estar sana», cuenta Clara. Ella no lo dudó y, tras superar un cáncer de pecho, está embarazada gracias a los óvulos que congeló.

«El tratamiento de vitrificación es una puerta que está ahí. Nos brindan la posibilidad de preservar parte de nosotras para que algún día pueda llegar el milagro. Es algo de lo que estoy muy agradecida y feliz de haberlo hecho».

Clara recurrió a una clínica privada para someterse a la estimulación, aunque en casos como el suyo, la sanidad pública también cubre el tratamiento. La Conselleria de Sanidad atiende a las mujeres que tienen algún tipo de enfermedad o van a requerir un tratamiento que comprometa la reserva de ovárica, principalmente pacientes con cáncer, pero también con enfermedades autoinmunes o con patologías congénitas. Estos tratamientos se realizan en La Fe de Valencia, donde no sólo se hace vitrificación de óvulos sino también criopreservación de corteza ovárica y cirugía de preservación de la fertilidad. En 2013 criopreservaron corteza en La Fe 56 pacientes y vitrificaron ovocitos 34 mujeres. Este año más de 78 pacientes han recurrido a la sanidad pública para preservar su fertilidad.

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