E l Valencia se despidió de Europa esta temporada y no pudo cumplir la misión de clasificarse para la UEFA, después de empatar a cero contra el Chelsea en Stamford Bridge y de que el Schalke venciera por 3-1 al Rosenborg, con lo que los alemanes se clasifican para los octavos de final de la Liga de Campeones y el conjunto noruego disputará la UEFA.

Los antecedentes no eran muy halagüeños para las aspiraciones de los españoles. Si en una coctelera se mezcla que el Valencia no ha marcado un gol en los últimos cuatro partidos, y que el Chelsea no pierde en casa en la Premier League desde febrero de 2004 y que además tuvo una racha de 49 encuentros consecutivos sin perder en Europa, el resultado no puede ser otro que empate a cero.

El Valencia sale de Europa por la puerta de atrás como último del grupo B con cinco puntos, la peor participación de la entidad que preside Juan Soler en las cinco ediciones que ha disputado. El equipo blanquinegro pronto se dio cuenta de que lo tendría muy complicado en su misión por seguir en la Copa de la UEFA, primero por el apabullante juego de los locales y segundo porque Asamoah marcó en Alemania a los 12 minutos y Rafinha anotó el segundo a los 19 minutos.

El mejor del partido fue Cañizares, mal síntoma para un equipo que tenía la obligación de ganar para tener aspiraciones de clasificarse para la Copa de la UEFA. El de Puertollano resurgió de sus cenizas para firmar una actuación brillante y acabar, por fin, con el debate entre los porteros.

Koeman, desde su buena intención, volvió a desorganizar al equipo con una alineación forzada con un 4-3-3 de difícil aplicación. Este sistema descolocó a jugadores como Villa, Sunny o Silva que estuvieron perdidos durante el encuentro. El Valencia no carburó y el Chelsea trató de hacer más sangre del herido.

A pesar de la eliminación, Koeman puede sacar dos cosas positivas del encuentro de esta noche: la recuperación de Cañizares para la causa y que el Valencia consigue mantener la portería a cero por segundo partido consecutivo.