L a tranquilidad pervive en el seno del Alicante pese a acumular siete jornadas sin saborear las mieles del triunfo. Al menos así se desprende de las palabras de su técnico, José Carlos Granero, quien incidió ayer que el equipo «necesita una victoria» más por el entorno que por el estado anímico de la plantilla.

«Yo sigo muy tranquilo. Sí creo que hace falta una victoria, más por vosotros - en alusión a la prensa - y por tranquilizar un poco a la afición, que por nosotros mismos. Un triunfo nos llevaría al inicio de otro ciclo con una normalidad total y así pensar que podemos encadenar un buen final de la primera vuelta».

Y es que Granero prefiere ver la botella medio llena a medio vacía, pues pese a la sequía de triunfos el Alicante sigue imbatido lejos de casa y permence tercero en la tabla. «Hay muchos equipos favoritos que no están ni han estado desde el inicio de la Liga en la promoción, y nosotros llevamos trece jornadas», destacó el técnico, que por ello considera que «una victoria nos permitiría abrir diferencias con el resto y salir del pelotón porque todos estamos muy igualados».

Granero, en definitiva, apuntó que el equipo debe «ir a ganar, pero desde el planteamiento de que estamos haciendo las cosas bien», y nunca caer en «prisas, nervios o precipitación», pues la situación no es ni mucho menos para dramatismos a su juicio.

Respecto a la accidentada sesión de entrenamiento del jueves en el Rico Pérez por culpa de tres cortes de luz, Granero reconoció que «la planificación se vino abajo y el objetivo no se cumplió, aunque nos pasó a nosotros como pudo pasarle a cualquier otro equipo. Son circunstancias imprevistas, hay que llevarlo con alegría y felicitar el equipo porque aguantó estoiciamente».