L a modestia no está reñida con la originalidad y la innovación. El Éibar, uno de los clubes con menos recursos de Segunda División, elabora desde el inicio de la temporada unos carteles envidiables. Basados en hechos históricos y películas, desde la entidad armera se realiza cada quince días un ejercicio de creatividad para seducir a la afición eibarresa. Aún así, el conjunto de Javier Mandiola apenas acoge a 1.500 espectadores en Ipurúa, por lo que es uno de los tres campos con menos afluencia de la categoría.

En el cartel del Éibar-Hércules aparece el futbolista Martino, curiosamente el menos utilizado por su técnico en este inicio de temporada, apoyado en una columna de un templo griego, mientras al otro lado de la columna aparece semiderrotado un herculano.

La campaña del club armero se titula «El fútbol en Ipurúa es otra historia...» y la lleva a cabo la agencia guipuzcoana Bostnan.

Los dirigentes del Éibar apostaron por anunciar esta temporada los partidos de una manera diferente, aunque sin que resultara ofensiva para los contrarios. La idea ha tenido el efecto deseado, ya que sus carteles de película han tenido repercusión a nivel nacional.

En el aspecto deportivo, el conjunto de Mandiola también está superando también las expectativas creadas. El único objetivo del club vasco es lograr la permanencia que perdieron años atrás, ya que el Éibar ha regresado este año a Segunda. La mayoría de jugadores son vascos, cedidos de la Real Sociedad o del Athletic de Bilbao, y el gran fichaje que quería realizar este verano su entrenador era Unai Alba. El ahora portero del Hércules, que además será titular mañana en Ipurúa, coincidió en la cantera eibarresa con Mandiola. Posteriormente pasó por el Real Union de Irún, el Zestoa, el Lagun Onak y el Barakaldo. A mitad de la temporada pasada le llegó la oportunidad de su vida con el Athletic de Bilbao, aunque no llegó a debutar. Este verano sucitó el interés del Éibar, pero apostó por la oferta herculana.