El Sevilla venció ayer al Steaua (0-2);, con dos goles de Renato, y se asegura salvo catástrofe imprevista el pase a octavos de final de la Liga de Campeones, de la que queda apeado el conjunto rumano, que no sabe todavía lo que es ganar un partido en esta fase de grupos de la máxima competición continental.

El once inicial sevillista sorprendió con la inclusión de Navas en banda izquierda, con De Mul en la diestra y Renato ocupando la mediapunta mientras que Kanouté quedaba como único delantero. El partido comenzó con agua-nieve y un intenso frio y ante un Steaua, que pese a jugarse la supervivencia en la competición, no mostraba indicios de poder inquietar a los de Jiménez.

De hecho fueron De Mul y Kanouté, en los primeros compases del choque, quienes se encargaron de avisar ya al meta local Zapata sobre las intenciones blanquirrojas de finiquitar por la vía rápida el envite. Sólo Rada, al filo del cuarto de hora de juego, se atrevió a acercarse a los dominios de Palop, sin que por ello cambiara la tónica del encuentro.

Y por si quedaban dudas en el minuto 24 un saque de esquina rematado en primera instancia por Poulsen era convertido en gol por Renato, muy atento al segundo palo al rechace del cancerbero rival. Incluso el propio Poulsen tuvo a renglón seguido el segundo tanto en sus botas con un disparo que se fue rozando el palo.

Bastante tuvieron los pupilos de Lacatus con que Kanouté, en un tiro bien dirigido, no pusiera el 0-2 en el último minuto de la primera mitad. En la reanudación, el Steaua, reforzado en ataque con Badea, que le dio a su equipo otro aire, acosó por momentos a un Sevilla incapaz de romper la inercia atacante de los azulgranas, a los que incluso se les anuló un gol por fuera de juego al parecer inexistente.

Pero entonces el Sevilla se desesperezó con una jugada bien trenzada que fue culminada por Renato con un remate en plancha, que ahora sí sentenciaba.