Hace unos meses el director general del Espanyol, Pedro Tomás, confirmó públicamente que las empresas Fomento de Construcciones y Contrata (FCC); y Copicsa se habían comprometido a tener finalizadas las obras del estadio el 8 de noviembre de 2008. Es decir, dentro de doce meses.

Para ello, unos 160 operarios trabajan a destajo con el objetivo de finalizar unas obras que se iniciaron hace casi tres años con la recordada frase del presidente blanquiazul, Daniel Sánchez Llibre: "Ya pueden ustedes empezar".

No obstante, fue a partir del 21 de marzo de este mismo año cuando el ritmo de las obras se incrementó notablemente, puesto que ése fue el día en el que el club obtuvo la aprobación definitiva para las licencias de obras.

A lo largo de todo el proceso se han producido múltiples retrasos que los responsables del proyecto han achacado casi siempre a los problemas derivados de las negociaciones con la instituciones públicas en lo referente a permisos, licencias o trámites burocráticos.

El estadio de Cornellá-El Prat avanza a un buen ritmo. Entre otras cosas, en estos momentos resta por colocar la grada superior, montar la estructura metálica de la cubierta y parte de la estructura de hormigón.

Los accesos pueden crear algún problema en los primeros meses, porque la rotonda que debe construirse sobre la Ronda Litoral no estará finalizada para cuando se inaugure el estadio, aunque no deja de ser un problema temporal.

Otro de los aspectos pendientes es el nombre del nuevo estadio.

El club busca alguna empresa que pague una suma económica por patrocinar el campo como sucede con otros estadios españoles (Mallorca); y europeos (Arsenal);.

El presupuesto de la obra, según el Espanyol, es cercano a los 53 millones de euros y el club confía en tener uno de los estadios más modernos de Europa. Por decidir está la fecha en que el equipo comenzará a jugar, aunque todo hace pensar que hasta enero de 2009 no se trasladará a su nuevo campo.

Después de cerrarse el plazo para las agrupaciones, el club tiene previsto en breve avisar a los socios para comenzar a escoger localidad en el nuevo estadio, que tiene un aforo de 40.000 espectadores. Asimismo, se espera que la masa social aumente notablemente una vez el Espanyol se traslade a Cornellá-El Prat.

En el españolismo existe una gran expectación por el nuevo campo.

Directivos, entrenadores, jugadores y aficionados ansían estrenar el nuevo estadio, como ha reconocido el delantero asturiano Luis García.

"Todos tenemos ganas de ir al estadio, de hacer cosas bonitas y de que el club tenga un patrimonio propio. Estamos ilusionados por jugar en ese campo. Yo sólo me veo de blanquiazul allí", ha admitido.

En principio, dentro de un año el Espanyol tendrá su estadio y podrá abandonar Montjuïc. Para muchos, Cornellá-El Prat debe ser el trampolín para un club en crecimiento y que quiere dejar de ser un segundón en Barcelona. El nuevo estadio está un año más cerca.