"Del mismo modo que protegerá las actividades legales de acuerdo con la ley, la policía se encargará de las ilegales de acuerdo también con la ley", dijo el portavoz del Ministerio de Seguridad Pública, Wu Heping, citado hoy por el diario "China Daily".

A falta de menos de diez meses para los Juegos, los grupos pro derechos humanos, activistas medioambientales u organizaciones religiosas se organizan para encontrar el mayor eco posible a sus reivindicaciones durante las dos semanas de Juegos Olímpicos, cuando Pekín aloje a más de 20.000 periodistas extranjeros.

Amnistía Internacional (AI);, organización prohibida en China, por ejemplo, ha iniciado hoy una campaña de recogida de firmas a través de correo electrónico bajo el título "Pekín 2008: que todos vean a qué se juega en China".

"Las propias autoridades chinas prometieron mejoras en los derechos humanos si su candidatura olímpica era elegida", dice AI, y recuerda que la pena de muerte se sigue aplicando sistemáticamente sobre 68 tipos de delitos, alguno de ellos económicos, o que persisten la censura en internet y la detención de periodistas.

Por su parte, Matt Whitticase, de Free Tibet Campaign, señaló al diario "South China Morning Post": "Continuaremos protestando en China antes y durante los Juegos si China no hace reformas en los próximos meses. La gente con quejas en China todavía es silenciada, a veces en nombre de los Juegos Olímpicos".

Así las cosas y ante la previsible entrada de activistas occidentales durante los Juegos, China advierte de que las actividades ilegales de ciudadanos chinos y extranjeros serán medidas con el mismo rasero, lo que puede suponer multas, poner a manifestantes bajo custodia o afrontar consecuencias penales.

"La Constitución de China otorga a su pueblo libertad de asamblea, desfile y manifestación. Pero también tenemos leyes y regulaciones detalladas para tales actividades, que requieren la aprobación de la policía", añadió Wu.

Lo cierto es que en China difícilmente son aprobadas las manifestaciones masivas y en lo que va de siglo XXI sólo se ha tolerado una, y de marcado carácter nacionalista, en 2005 contra la interpretación que los libros de texto japoneses hacían de la Historia.

Para que una manifestación obtenga permiso debe solicitarse con cinco días de antelación, clarificar el propósito de la protesta, hora y ruta, e incluso las pancartas y eslóganes que se utilizarán, además del número de participantes.

Son muchos los asuntos marcadamente sensibles para el partido único del gigante asiático y, previsiblemente y a pesar de las advertencias de las autoridades, las protestas no llegarán sólo del exterior ya que el activismo en China continúa creciendo.

El COI prohibió cualquier tipo de activismo político en el interior de los recintos deportivos en 1968 después de que los velocistas John Carlos y Tommie Smith hiciesen el saludo del "poder negro" al recibir las medallas, por lo que la preocupación de Pekín está en lo que pueda suceder en las inmediaciones de los estadios.

Entretanto, según Wu, el Grupo de Coordinación para la Seguridad durante los Juegos Olímpicos, formado por 20 ministros, ya está trabajando.