Crónicas lucentinas

El Kamasutra

Harris y Gatell durante un encuentro en el Pedro Ferrándiz

Harris y Gatell durante un encuentro en el Pedro Ferrándiz / Héctor Fuentes

Mar Galindo

Mar Galindo

William Jones había perdido la cuenta de cuántas lenguas sabía. Además de su inglés natal, hablaba francés, italiano, castellano, portugués… pero a él le fascinaban las lenguas orientales, así que empezó a aprender árabe, hebreo, persa y chino (sin Duolingo ni nada… a pelo, vamos). En Oxford no habían conocido nunca a nadie con esa facilidad para aprender idiomas. Hacía algunas traducciones de libros en aquellas lenguas, que combinaba con su actividad como jurista en Calcuta. Fue en la India, de hecho, donde conoció una antigua lengua de la que se enamoraría para siempre: el sánscrito. En una famosa conferencia que dio en 1786 en la Sociedad Asiática de Calcuta, estableció que aquel idioma se parecía tanto al griego y al latín que tenía que estar emparentado de alguna manera. Aquello fue un hito para la Lingüística. A partir de Jones, decenas de expertos se dedicaron a comparar lenguas de aquí y de allá para establecer el antepasado común del que todas ellas podrían derivar, el indoeuropeo. Resulta que, separados por dos milenios y cientos de kilómetros, de alguna manera, todos veníamos de la misma familia.

Del sánscrito tenemos en español palabras como karma, yoga, mantra o gurú. Y de todos los libros antiguos que se escribieron en dicha lengua, seguro que les suena «El Kama-sutra», un tratado del amor escrito hace quince siglos del que conocemos, sobre todo, el capítulo dedicado a las posturas. Saben ustedes que en eso de las artes amatorias, la posición es fundamental, y en esas andamos en la LEB Oro, viendo con quién se empareja cada uno y qué posición le toca para el playoff. Nuestro Lucentum anda séptimo, entre Valladolid y Gipuzkoa, pero a dos jornadas del fin de la liga regular, es posible que se mueva y le toque un poco más arriba… o más abajo. De una semana para otra, muchos se mueven e intercambian posiciones (en función de lo mucho o poco que metan sus tiradores). Todos quieren estar arriba… Nosotros miramos de reojo a lo alto de la clasificación, tratando de adivinar si nos cruzaremos con San Pablo Burgos o con Lleida y serán noches de placer… o de dolor. Para el Kama-sutra hay ocho posiciones básicas, tantas como equipos de playoff, así que tendremos posturas para todos los gustos. Este viernes iniciamos los preliminares viajando a San Sebastián a jugar contra Guuk Gipuzkoa Basket. Ojalá el partido sea un orgasmo tan grande como el que tuvimos hace dos semanas contra Leyma Coruña… eso sí fue una noche intensa e inolvidable. Espero que Pérez Caínzos haya adiestrado a los lucentinos en las artes de la seducción sobre el campo, aunque siempre nos queda la bala de la última jornada en casa, contra San Pablo Burgos, con el calor y la pasión de nuestro público. Jugar en el País Vasco no está mal, pero ya saben ustedes que para hacer bien el amor hay que venir al sur.