ANÁLISIS

n Julen Lopetegui será el responsable de que la selección española vuelva a brillar en una gran cita internacional, el Mundial de Rusia, el gran reto del técnico guipuzcoano, de 51 años, y que accedió al cargo a través de la prolífica cantera de entrenadores que está diseñando la RFEF.

El de Asteasu, que fuese el tercer portero de Javier Clemente en el Mundial de Estados Unidos de 1994 y que sólo tiene en su haber una internacionalidad, en marzo de ese año en la derrota por 0-2 ante Croacia, fue el elegido por la federación para relevar en el cargo a Vicente del Bosque, el veterano preparador que tomó la herencia de Luis Aragonés de la España del 'tiki taka' y que empezó a labrar su historia en 2008.

Cuando la 'Roja' puso fin a su sequía y conquistó su segunda Eurocopa en 2008, Lopetegui iba a comenzar su andadura en el filial del Real Madrid, en el que estaba dentro de su organigrama. Cuando el combinado nacional cerró su histórico triplete en 2012, el vasco ya empezaba a ganarse su prestigio en las categorías inferiores de la selección, donde ha demostrado su categoría y su perfecto encaje con la filosofía implantada de un estilo vistoso y con el balón como protagonista.

Lopetegui alargó el verano de éxitos de 2012 con el título continental Sub-19 y su trabajo le permitió su primer 'ascenso' a la Sub-21 tras el revés en Londres 2012 del equipo que dirigía Luis Milla. Ahí, coincidió con futbolistas que han dado el salto a la Absoluta como De Gea, Thiago, Koke, Isco o un Morata que no ha cogido finalmente el tren.

Con la misma apuesta que los «mayores», la Sub-21 se coronó campeona de Europa en 2013, pero no concluyó su segundo ciclo porque fichó para dirigir su primer gran club, el Oporto portugués, donde también dejó impronta de su estilo, sobre todo en el primer año y en una eliminatoria de 'Champions' ante el Bayern de Pep Guardiola, aunque tras ganar la ida (3-1), el equipo germano le zarandeó en la vuelta (6-1). El segundo año no fue bueno y fue destituido, pero meses después le llegaría su gran oportunidad de dirigir a la Absoluta española y comandar su necesaria regeneración, avalado por su buen conocimiento de la base, y convirtiéndose en el primero de la 'casa' en ostentar este mando.

La apuesta, por este técnico de carácter tranquilo y que ya ha renovado hasta 2020, está dando de momento resultados y nadie le ha batido en 19 partidos, una hoja de servicios que tendrá su examen final en el primer gran reto para el que fue contratado. Un equipo más vertical, sólido a nivel defensivo y agresivo en la recuperación tras pérdida son sus principales señas de identidad. La selección española ha dejado aparcados los batacazos del Mundial de Brasil 2014 y de la Eurocopa de Francia 2016. Bajo la batuta de Julen Lopetegui ha recuperado la identidad que le llevó a enlazar dos títulos continentales en 2008 y 2012 y el universal de Sudáfrica 2010 y, por lo tanto, vuelve a partir con credenciales de aspirante a luchar por el título.

La Roja, como fue bautizada por Luis Aragonés, el 'creador' del equipo de ensueño, vuelve a brillar con luz propia. Ha completado una fase de clasificación magnífica, sin tacha alguna, en cuanto a juego y resultados. Lopetegui ha recuperado buena parte de las virtudes que la convirtieron en una de las mejores selecciones de la historia, añadiendo nuevas variantes tácticas. Ha regresado la confianza, la presión alta para anular virtudes del rival y aumentar la posesión de balón. El equipo vuelve a ser un enamorado de la pelota, a desarrollar por momentos rondos de la más alta escuela.