Tyson Pérez destrozó al HLA Alicante en el primer asalto de la final por el ascenso a la LEB Oro. El jugador dominicano con raíces gallegas dejó sin aliento a los lucentinos con cifras de estrella: 24 puntos, 18 rebotes y 41 de valoración. Mucha pólvora para un HLA que en esta ocasión no encontró el salvavidas de los triples. Mal inicio y mal final del conjunto de David Varela, que cede el factor cancha al Canoe cuando menos se esperaba.

Ni el mejor Centro de Tecnificación en muchos años (más de 3.500 espectadores) sirvió para arrugar a los madrileños, que llevan pleno de victorias a domicilio en este «play off». El HLA pecó de ansiedad. Muy nervioso durante todo el partido y sin la frescura que se le vio en los últimos partidos. No entraron los lanzamientos desde el perímetro (8 de 27 en triples), errores que pesaron como un losa para los lucentinos, que recibían continuos golpes de Tyson. Siempre a remolque del Canoe, el HLA fue una sombra de lo que realmente es. Tan sólo en una ocasión los alicantinos fueron por delante en el marcador. Era el 37-36 al filo del descanso, pero resultó un mero espejismo, la realidad es que el Canoe fue el dueño y señor sobre el parqué pese a los increíbles ánimos y cánticos de los aficionados lucentinos durante todo el partido.

La mejor versión del HLA no llegó ni siquiera en el último cuarto, que era la gran esperanza y el momento en el que los lucentinos suelen sentenciar los partidos. Pero precisamente en el decisivo tramo fue cuando llegaron los golpes más letales de Tyson, muy bien acompañado por Chema Gil y por un gran base como De la Rúa. Cada punto del dominicano hacía más grande la brecha en el HLA, incapaz de defenderlo durante los 40 minutos que estuvo en la cancha. Tampoco es que la defensa sobre el resto de jugadores brillara en el encuentro de ayer. Del mismo modo, los árbitros también estuvieron excesivamente rigurosos con el equipo alicantino.

Amadou Sidibe fue el mejor sin duda del Lucentum, pero encontró pocos aliados en la pintura y las faltas personales le obligaron a tener que descansar más de la cuenta. Rivero no estuvo tan cómodo como en los últimos partidos. El base segoviano estuvo muy vigilado por un Canoe que tenía muy claras las instrucciones para defenderlo.

Desde el principio no pintaban bien las cosas. El Canoe mostraba pronto sus armas y su salida fue demoledora con Tyson y Gil acaparando todos los focos. El 7-16 de inicio fue duro e inesperado. Primer tiempo muerto de Varela ante la endeblez defensiva y la falta de rebote. Los alicantinos reaccionaron pero no lo suficiente para amedrentar a un Canoe que volvió a coger distancia situando un preocupante 11-22 en el marcador del Pedro Ferrándiz.

El segundo cuarto fue el mejor del HLA con un gran Orion Outerbridge. Sus 4 triples dieron oxígeno a su equipo cuando más se necesitaba. Apareció Lobo y la igualdad marcó el encuentro llegando al descanso con todo por decidir (37-39). Incertidumbre y preocupación en las gradas del pabellón pero confianza en que todo volvería a ser como antes.

Al Canoe le da igual jugar con el pabellón lleno y a base de orden y de la calidad de sus pocos jugadores dominaban también el tercer asalto. No funcionaban las principales armas del HLA, tampoco los árbitros le dejaban mucha capacidad de maniobra y el equipo madrileño seguía a lo suyo. Con mucha paciencia, ataques largos y aprovechando al máximo los recursos de sus mejores jugadores.

Más lejos del Canoe arrancó el Lucentum el último cuarto (56-60). Sidibe puso algunas gotas de esperanza, pero los golpes de Tyson Pérez eran cada vez más contundentes. La victoria se esfumaba por momentos. No era el día, no había nada que hacer ante un rival tan bien trabajado. Toca ya pensar en el segundo asalto, que promete ser otra dura batalla. La cita vuelve a repetirse mañana a partir de las 18 horas. Esta vez casi sin margen de error para seguir soñando con el ascenso de categoría.