Seguir aumentando su increíble palmarés con la que sería su tercera Copa de Europa consecutiva o cerrar la temporada sin sumar título alguno. Esa es la difícil disyuntiva a la que se enfrentará el Real Madrid con la disputa de la esperada final de la Champions League. Una victoria ante el Liverpool supondría prolongar el idilio del conjunto blanco con la que es, sin duda alguna, su competición fetiche, pero en el caso de no lograr ´La Orejona´ los focos se centrarán sobre un equipo que no ha logrado pasar del tercer puesto en Liga (17 puntos por debajo del FC Barcelona) y que cayó prematuramente en la Copa del Rey, a manos del Leganés. [Sigue en directo la final de la Champions League el sábado desde las 20.45 h.].

La historia favorece al Real Madrid quién, pese a las dudas que siempre genera en algún tramo de la temporada, sabe competir como nadie en las grandes citas. No en vano, el club que preside Florentino Pérez únicamente ha caído en tres de las 15 finales que ha disputado en este torneo y su última derrota en el duelo decisivo data de 1981. Fue precisamente el Liverpool quien logró superar a los blancos en dicha ocasión, en la que supuso la tercera de las cinco Copas de Europa que acumulan los ingleses.

El largo camino a Kiev

Mucho ha llovido desde aquel encuentro disputado en el parisino Parque de los Príncipes y, tras haber conquistado tres de las últimas cuatro ediciones, los de Zidane son los claros favoritos al título. Sin embargo, el camino hasta la final de Kiev no ha sido nada sencillo para un conjunto blanco que no pudo pasar del segundo puesto en la fase de grupos y que mostró más ganas que fútbol durante las eliminatorias.

Después de firmar dos grandes actuaciones ante el PSG, la clara derrota sufrida en la vuelta de cuartos de final ante la Juventus, por 1 a 3, apuntaba a ser un toque de atención para el conjunto blanco. No fue así. Los de Chamartín volvieron a mostrar su versión más gris ante el Bayern de Munich durante la vuelta de semifinales.

Tampoco ha sido tarea sencilla para el equipo británico lograr su billete para la cita que se celebrará en el Estadio Olímpico de Kiev. Los hombres de Jürgen Klopp se hicieron con el primer puesto del Grupo E para después superar con solvencia al Oporto en la ronda de octavos. Fue entonces cuando llegó el duelo más complicado para el Liverpool, ante un Manchester City intratable en la Premier League pero que iba a caer con claridad ante el mayor acierto de Salah, Mané y compañía de cara a puerta.

Tras deshacerse del conjunto 'citizen' los de Klopp debían superar en semifinales a la Roma, que llegaba exultante tras firmar la gran sorpresa de la Champions al eliminar a todo un favorito al título como el FC Barcelona. Sin embargo los pupilos de Di Francesco no pudieron refrendar este gran papel en la antesala de la final y se vieron apeados de la misma al caer por 5 a 2 en Anfield y no poder remontar la eliminatoria en un encuentro de vuelta que también tuvo un importante espacio reservado para la polémica arbitral.

Salah para contrarrestar a Cristiano

Si hay algo de lo que se puede aprovechar el equipo inglés es de su posición de aspirante ante un Real Madrid para el que ganar el sábado parece casi una obligación. Gran parte de las opciones del Liverpool en su intento de sorprender a los blancos pasarán por las botas de Mohamed Salah. El jugador egipcio acumula 44 tantos en lo que va de temporada, diez de ellos en Champions, y buscará engordar este increíble registro en la campaña de su confirmación como uno de los jugadores más desequilibrantes a nivel mundial.

Junto a Salah, el brasileño Roberto Firmino y el senegalés Sadio Mané completarán un ataque extremadamente peligroso y que buscará imponer su explosivo ritmo de juego para tener ocasión de sorprender a la retaguardia madridista.

Quien también suma la friolera de 44 goles esta temporada es el líder del ataque merengue: Cristiano Ronaldo. El portugués ha demostrado con creces que la Champions es la competición en la que saca a relucir su mejor versión, y es raro que falte a su cita con el gol. Una de las grandes incógnitas que presenta la final es quién acompañará a Ronaldo en el ataque madridista, pero todos los hombres de Zidane saben que deberán mirar al delantero luso cuando se acerquen a la portería contraria.