La felicidad se vuelve a instalar en el Pedro Ferrándiz. El HLA roza el pase a la final por el ascenso a la LEB Oro tras doblegar de nuevo al Ávila en una nueva exhibición de poder, fortaleza mental y energía. Los alicantinos disponen ahora de tres oportunidades para sentenciar esta eliminatoria: viernes y domingo en Ávila y, si fuera necesario un quinto partido, el martes 22 en Alicante.

Rivera y Sidibe fueron los principales pilares del triunfo lucentino. La magia del base en la dirección noqueó a un rival que se quedó completamente bloqueado en varias fases del duelo, mientras que el pívot (18 puntos y 9 rebotes) fue un auténtico dolor de cabeza para el rival.

La defensa del HLA desarboló por completo al Ávila. Ni el «gigante» Sidao pudo acercarse con comodidad a la canasta. Brillante el Lucentum en un Pedro Ferrándiz de nuevo recordando los tiempos memorables con más de 2.500 aficionados en las gradas. Ambiente y ganas de baloncesto en Alicante en un partido que se presumía igualado pero que al final los lucentinos resuelven sin apenas sufrimiento. Alguna duda apareció en el tercer cuarto cuando un parcial de 5-18 a base de puntos de Opong dejaba el electrónico en 50-50. Momentos de incertidumbre después haber visto minutos antes el marcador en 32-16.

Al definitivo cuarto se llegó con 54-50 y todo apuntaba a un periodo marcado por el sufrimiento, algo previsible en unas semifinales por el ascenso. Pero las dudas se disiparon rápidamente. Dos triples consecutivos de Chapela y de Outerbridge alejaron el peligro. No tardó en llegar el impresionante tapón de Orion y el triple de Rivero para finalizar con placidez el partido. El Ávila quedó completamente a merced de los lucentinos. Paralizado por la defensa de los jugadores de David Varela, fue incapaz de generar inquietud y la ventaja se fue ampliando hasta que el HLA pudo sacar una sonrisa de relajación y rozar el pase a la gran final.

Inicio trepidante

Los alicantinos no tardaron en fusilar a su rival en el primer cuarto y forzar el primer tiempo muerto de su entrenador con un 8-0. Un nuevo festival de triples que desembocó en el 32-16 del inicio del segundo acto. Poco a poco, el Ávila fue recortando distancia aunque sin peligro. Siempre había un triple del Lucentum para contestar y alejar los fantasmas. Hasta 26 tiros de tres lanzaron los lucentinos antes del descanso por tan solo ocho de dos. Con especialistas en la distancia como tiene el HLA el equipo puede permitirse el lujo de lanzar cuantos hagan falta. Navarra puede dar fe de ello y ahora Ávila está probando el látigo lucentino en todo su esplendor.

Llegados a este punto de la temporada, la comunión entre afición y equipo es perfecta. El público empuja a un equipo con hambre de ascenso que deja claro que la próxima temporada quiere baloncesto de LEB Oro, una competición en la que se sumará el Bilbao y el Betis tras su descenso. Ambiente de lujo en la grada donde no podía faltar Pedro Llompart, exlucentino al que ayer la gente le pedía su regreso si el equipo consigue el ascenso.

Una victoria más y a la ronda final también con el factor cancha a favor. Vuelven los buenos tiempos a la casa lucentina.