«¿De qué planeta viniste?», «Extraterrestre», «De otro mundo»,... El delantero del Real Madrid Cristiano Ronaldo agotó ayer los tópicos y los superlativos en las portadas de toda la prensa mundial con el extraordinario gol de chilena que marcó en Turín al Juventus en una concluyente victoria (0-3) de los blancos que le sitúa a las puertas de las semifinales de la Champions.

Una vez más, CR7, en modo estratosférico, volvió a liderar la victoria de un Madrid que obtuvo mejor resultado que juego, porque marcó demasiado pronto y cedió excesivo terreno y protagonismo al campeón italiano hasta la expulsión de Dybala. El técnico Zinedine Zidane repitió con Isco Alarcón el «once» de la final de Cardiff (4-1) y volvió a insistir con el intrascendente Benzema para desesperación de la parroquia blanca. Junto a Cristiano, brillaron Keylor Navas y los cuatro de la línea defensiva.

CR7: dos goles a dos toques para rendir Turín y sellar el pase

Convertido en una trituradora de récords goleadores desde que llegó al Madrid, Cristiano Ronaldo se convirtió el martes en el primer jugador que marca en 10 partidos consecutivos en la Liga de Campeones. Lleva ya 119 tantos en esta competición y en Turín volvieron a ser decisivos: los dos primeros. «Gol partita», que dicen los italianos. Además, fue generoso en la elaboración del segundo y asistió a Marcelo en el 0-3. Mucho más fresco y eléctrico que a comienzos del curso, el delantero de Madeira ha sabido dosificarse y afinar su instinto depredador: dos goles a dos toques. En el 0-1 apareció por el espacio natural del «9» para marcar con el exterior y en el minuto 65 marcó el gol de su vida, el que siempre ha buscado, con una chilena perfecta a casi 2,40 metros de altura. Una obra de arte que rindió al Juventus Stadium (memorable la ovación de los «tifosi» bianconeros) y al «planeta fútbol». Buffon, el portero de Italia, equiparó su influencia en el juego a la de Messi, Maradona y Pelé.

Notable alto de Keylor Navas y de los cuatro defensas para un Madrid que también supo sufrir

Como parecía lógico, apostó Zidane por los 11 de la Duodécima e Isco le dio la razón muy pronto, demasiado quizás, con un buen pase atrás con la izquierda que CR7 mandó a la red. Era el minuto 3 y el Madrid ya ponía cuesta abajo la eliminatoria. A partir de ahí, se replegó en exceso y cedió la iniciativa a la «Veccia Signora», que penaba la ausencia por sanción de su «cerebro» Pjanic, pero empujó de lo lindo durante la primera hora hasta que se quedó con 10 por la torpeza de Dybala. Más lento que de costumbre Casemiro y poco participativo Modric, tuvo que ser la retaguardia la que aguantara al equipo blanco, que también supo sufrir. Así, Keylor Navas impidió el empate en la primera parte con una gran parada a bocajarro ante Higuaín, gafado como casi siempre en las grandes citas. El costarricense también se lució en la prolongación ante el ariete argentino para evitar el 1-3. El portero estuvo muy bien arropado por sus dos centrales, Sergio Ramos y Varane -rápidos y concentrados como en las grandes noches europeas- y por los laterales, Carvajal y Marcelo, que también se proyectaron en ataque: el primero sirvió el centro de la chilena de Cristiano y el brasileño inició la jugada del 0-1 y marcó el tercero.

El «enigma Benzema» sigue: el equipo parece jugar con 10

Frente al notable alto del equipo en su conjunto, vuelve a chirriar la pobre aportación de Benzema, que apenas dejó huella en el partido, como en tantos otros este curso. Sólo Zidane sabe por qué el francés juega por delante de Asensio o de Lucas Vázquez, e incluso de Bale, que fue el mejor el sábado ante Las Palmas. De hecho, el partido cambió cuando el técnico le sustituyó en el minuto 58 y el Madrid volvió a tomar el mando inicial de las operaciones para acabar con el maleficio de las eliminatorias con la Juventus con un 0-3 que al final se quedó corto.