El HLA Alicante sufrió una derrota de las que escuecen a falta de cinco partidos ante un Navarra que aguantó el aluvión de triples de Pedro Rivero y que se «comió» a los alicantinos cerca del aro. Los navarros ganaron con justicia ante un rival con escasas ideas en ataque más allá del recurso de los 6,75 y que apenas mostró armas para frenar a pívots corpulentos y de gran movilidad. Fue el caso de Moussa, auténtica pesadilla para los lucentinos. «Mató» el aro siempre que quiso, reboteó y acabó siendo aplaudido por la afición del Pedro Ferrándiz.

Sin defensa interior, sin fluidez ofensiva y con una poder reboteador inferior al habitual (21 capturas del HLA por 43 de Navarra), el equipo de David Varela se convirtió en un equipo vulgar que sólo se acercó en el tercer cuarto a base de triples (50-53 tras parcial de 12-1). Pero para ganar a Navarra era necesario hacer mucho más que eso. Era vital defender y no se hizo. Moussa se paseaba por el aro lucentino con escandalosa facilidad y sólo Rivero parecía tener «alma», muy por encima ayer de todos sus compañeros. Además, Navarra no contó con su mejor jugador, Iñaki Narros, que se lesionó en el primer cuarto y ya no volvió a salir.

Ya el primer acto dejó malas sensaciones con un 8-16 de parcial. La preocupación no llegó a alarmar porque ya pasó ante Ávila y luego el equipo remontó. Pero en esta ocasión el rival tenía muy bien estudiado al HLA y sabía cómo hacerle daño.

Álvaro Lobo acudió al rescate en el segundo cuarto con penetraciones, pero la dinámica no favorecía a los alicantinos y el 28-40 con el que se llegó al descanso dejó un sabor amargo.

El tercer cuarto tocaba ser el bueno. El HLA solventaba sus problemas a su estilo, mediante triples. Brillante Rivero con un recital que casi noquea a los navarros. Cuatro triples en este acto más otro de Grossbacher. Ni así lograba el equipo alicantino darle la vuelta. Navarra fallaba muy pocos ataques y el triple del exlucentino Nikolic en el último segundo hizo mucho daño. Con un 51-61 finalizaba un espectacular cuarto del HLA en ataque pero flojo en defensa. La grada coreaba el nombre de Rivero antes de comenzar el cuarto definitivo. Nervios ante un partido trascendental que no se podía perder en casa. Los triples de nuevo de Rivero y de Lobo dieron ánimo al equipo lucentino que se llegó a poner a tiro de piedra de los navarros, pero Moussa lo impedía con sus mates y rebotes. Las esperanzas se iban diluyendo. La antideportiva a Pedro Rivero era la señal de la impotencia. Hubo incluso un atisbo de bajar los brazos en el último minuto que no gustó en la grada.

Derrota dolorosa que hoy tendrá consecuencias en la clasificación si ganan Granada o La Roda o ambos. El liderato puede cambiar de manos en vísperas de visitar a La Roda, un partido que puede marcar el seguir luchando por el ascenso directo o pensar ya en el play off.