Los triples volvieron a salvar a un HLA Alicante que pintaba muy mal antes del descanso. De nuevo la inspiración de Pedro Rivero en el último cuarto desde más allá de los 6.75 hizo posible la remontada en un Pedro Ferrándiz con más ambiente del habitual. Pocos más recursos que los lanzamientos de tres puntos (34 en todo el partido) exhibieron los alicantinos en el duelo ante el Ávila, pero lo importante era ganar y traspasar hoy la presión a Granada y La Roda. El HLA es líder provisional tras un choque con mucho sufrimiento que se decidió de nuevo en los últimos instantes. Visitar el Pedro Ferrándiz es sinónimo de disfrutar de la emoción.

Muchos hubieran apostado a la derrota en el descanso. Los de David Valera se quedaron en 17 puntos. Sin triples no había recursos para superar a un Ávila que trabajaba muy bien cada jugada y que llegó a llevar una renta de 11 puntos. No se vaticinaba un final feliz con dos cuartos sin nada de acierto. Sidibe no anotaba ni debajo del aro. Desquiciamiento absoluto en el Lucentum que sólo se animó con un impresionante tapón de Kingseley. Poco salvable en los primeros 20 minutos ante un Ávila con el exlucentino Aramburu especialmente motivado.

Tras el descanso, el panorama fue completamente distinto. Un parcial de 9-0 dejó las cosas en su sitio tras dos canastas de Sidibe y un triple, por fin, de Álvaro Lobo. La reacción lucentina provocó el primer tiempo del Ávila. El Pedro Ferrándiz fue subiendo decibelios en plena remontada del HLA. A gloria supo un tapón de Outerbridge tras una intensa defensa del equipo. Esta vez fue el Ávila el que le tocó firmar un pírrico parcial de 18-8 en el tercer cuarto. Los alicantinos mejoraron en defensa y, principalmente, en acierto desde el triple. En el apartado reboteador el conjunto de Varela siempre funciona bien.

El último cuarto esperaba emociones fuertes. Arrancó con un apasionante 35-36, pero las sensaciones eran muy buenas y el apoyo del público fue creciendo a medida que se acerca el momento de la verdad.

Fue el cuarto de Pedro Rivero. Tres triples del base desarbolaron por completo al Ávila, incapaces de controlar esa variable. Lo que antes no entraba, ahora sí, y en esa dinámica no podía faltar Lobo. Su muñeca se calentó en los últimos instantes para dar la puntilla e instalar en el electrónico el 52-45. Todo estaba bajo control. Sidibe causaba estragos con su poder intimidador. No peligró la victoria en ningún momento. Los triples salvaron de nuevo al Lucentum, pero también la defensa, que fue mermando la confianza del rival conforme fueron pasando los minutos.

La victoria era obligatoria para seguir peleando por el ascenso directo. Hoy es el turno del Granada y La Roda, los otros aspirantes a la gloria. De momento el Lucentum ha cumplido y se coloca líder provisional. El próximo sábado toca visita a la pista de L'Hospitalet, equipo que consiguió la victoria en el Pedro Ferrándiz en la primera vuelta del campeonato.

Llega la recta final y el equipo alicantino mantiene intactas las posibilidades de ascenso directo. Aunque sea a base de triples.