Pocas personas más indicadas que usted para participar en una jornada con el lema «La fuerza de la actitud. Las mujeres suman»

Ha sido una jornada muy intensa y me ha encantado conocer a un montón de mujeres muy potentes, con mucha energía mental y actitud positiva ante la vida. Lo que yo venía a contarles, en realidad muchas de ellas ya lo sabían. Y es que podemos conseguir muchísimas cosas y no tenemos que pensar tanto en aquello que no podemos lograr. Hay que sacar más a flote ese talento que todos llevamos dentro. Y para ello hace falta una actitud muy positiva; de querer comerte el mundo; de pensar que tienes muchas cosas que ofrecer. Y es un acto de generosidad pensar que las puedes ofrecer. Y debes ponerte las pilas, ser valiente e intentarlo y no quedarte acomodado ni apoltronada en la comodidad de tu casa o de tus cosas. Siempre merece la pena intentarlo porque te puedes llevar grandes sorpresas.

Su discurso tiene más que ver con el afán de superación que con la causa feminista...

Se mezcla un poco todo. Y es que en el fondo da igual que seamos mujeres u hombres; niños, jóvenes o mayores; vengamos de donde vengamos; estemos enteros o a trozos... Lo importante de las personas es lo que llevamos dentro: nuestros valores y nuestras capacidades. Y para eso da lo mismo que seamos rubias o morenas; o que estemos en un sitio o en otro. Lo que cuenta es que seamos conscientes de que todo el talento lo llevamos dentro. Lo malo es que, a veces, necesitamos que alguien nos lo diga desde fuera. Viene bien que te regalen la oreja y un caramelito dulce, pero lo más importante es que nosotras mismas nos demos cuenta de que podemos cambiar desde dentro cómo nos mira la gente desde fuera.

Usted cosecha medallas en la piscina, pero empezó a nadar muy tarde...

Sí; aprendí a nadar súper tarde. Por eso digo que en esta vida no hay que descartar las cosas y que el talento lo tenemos, a veces, muy oculto porque no nos hemos molestado en sacarlo a flote. Yo empecé a nadar con 19 años, nunca se me planteó hacerlo antes porque ya de pequeña me dijeron que no se me daría bien y me descarté para dedicarme a otros deportes. No destaqué especialmente en ninguno de ellos, pero siempre tuve amor propio y el orgullo de seguir intentándolo. Hasta que me surgió de nuevo la natación y descubrí que echándole un par de narices a la vida podía hacerme con las riendas. Y al final parece que lo logré [se ríe].

Damos por hecho que su colección de preseas olímpicas seguirá en Tokyo 2020...

Novecientos diez días quedan para entonces y, sí, la idea es seguir en el camino y seguir intentándolo. Ya sé que pueden pasar millones de cosas. Hasta ahora he sido capaz de superar un montón de adversidades y sé que soy mayor, lo que hace que surjan más piedras en el camino, pero tengo herramientas para poder seguir. Sí llevo el freno de mano echado para que la caída sea suave y que no se note. A la vista de las últimas competiciones, aún tenemos Teresa para rato.

¿Cómo valora la causa de la lucha por la igualdad de género?

No tendría que existir esta reivindicación porque debería ser completamente natural y normal. Por supuesto que hombres y mujeres somos exactamente iguales para desarrollar un trabajo en las mismas condiciones y no debería ser necesario un Día Internacional de la Mujer. Pero no es así porque, en realidad, las mujeres tienen más limitado el acceso a los puestos de trabajo de alta dirección; y a iguales condiciones laborales, menos salario. Por eso hay que seguir reivindicando. El tirón de orejas debemos darlo entre todos y nosotras asumir protagonismo porque somos las directamente implicadas.

¿Y cómo afronta la celebración del Día Internacional de la Mujer?

Yo saco pecho. He logrado méritos deportivos y soy mujer. Fui capaz de transformar en estos años la forma en que la gente me ha mirado y tratado. Estoy orgullosa por ello e invito a otras mujeres a que demuestren su potencial interior, sean generosas y lo compartan con el mundo. Y que los hombres sean generosos y nos lo dejen compartir.

Su faceta política como diputada del Partido Aragonés la aparcó en 2011...

Son etapas de la vida. Algunas pasan y otras se quedan. Hay que dejar paso a otras personas que lo hacen muy bien. Fue una etapa muy bonita, en la que me esforcé, aprendí y me aportó muchísimo. Ya hace años que no estoy en ello. No todos los políticos son malos, ni mucho menos. Hay gente extraordinaria que en política dedica su vida a los demás con generosidad.