Quini vivió el momento más duro de su vida en marzo de 1981. Aquel día, el Barça goleó al Hércules (6-0). Era el 1 de marzo de 1981 y tras el encuentro, Quini fue raptado por tres hombres. Tres jóvenes, trabajadores de un taller mecánico pero que en ese momento estaban en paro, asaltaron a punta de pistola al futbolista a la salida del Camp Nou, lo introdujeron en una camioneta y lo trasladaron a Zaragoza. En pocos minutos, Quini pasó de ser aclamado por cien mil espectadores tras anotar dos goles a convivir con el pánico en la soledad de un zulo durante 25 días. Quique Sala, guardameta herculano que disputó aquel encuentro, recuerda que fue una de las últimas personas que habló con el asturiano antes del secuestro. «Curiosamente, cuando acabó el partido, Quini vino a saludarme y me dijo que sabía que había jugado lesionado. Me animó en un momento duro y, lo que son las cosas, una hora después, él sí se disponía a sufrir un auténtico infierno», rememora.