«Miramos a través de los prismáticos, ya que no había señal en el AIS [sistema de identificación de buques que se utiliza para localizar otros barcos y evitar colisiones] y contactamos con el Race Control». Son declaraciones de Dee Caffari, patrona del Turn The Tide on Plastic, uno de los barcos participantes en la Vuelta al Mundo a Vela, tras encontrarse el pasado martes con un «barco fantasma» abandonado y a la deriva en plena disputa de la sexta etapa de la Volvo entre Hong Kong y Auckland (Nueva Zelanda).

«Sólo espero que hayamos dado a las autoridades la posición del barco para que puedan rescatarlo o se evite un desastre mucho mayor en nuestros océanos. ¡Te estamos pidiendo que no arrojes basura en los océanos y aquí tenemos un velero entero flotando sin rumbo!», añadió Caffari en su correo electrónico enviado desde el Turn the Tide on Plastic al centro de control de la Volvo Ocean Race con sede en Alicante.

El sorprendente hallazgo del «barco fantasma» tuvo lugar a unas 360 millas al Este de la isla de Guam, en el Pacífico occidental. Y además de la preocupación medioambiental expresada por la patrona del Turn, su errática presencia en la ruta de la Volvo supuso un serio riesgo para las seis embarcaciones que siguen en liza en la regata tras atravesar los Doldrums, como también se denominan las calmas ecuatoriales. Sin rumbo fijo ni luz de posición alguna, este velero sin tripulantes era una seria amenaza de colisión, sobre todo por la noche.

«Tenemos que estar agradecidos de haberlo encontrado durante el día, ya que podría haber sido una historia muy diferente si hubiera ocurrido de noche», explicó Caffari. «Se encontraba flotando en nuestro rumbo sin luces ni señales, no hubiera habido forma de haberlo visto», añadió.

Tras varios intentos en vano de contactar por radio con la embarcación a la deriva, el reportero a bordo del Turn the Tide on Plastic, Jame Blake, envió el dron de reconocimiento que llevan a bordo todos los barcos de la Volvo y las imágenes captadas permitieron identificar la «embarcación fantasma» desde el centro de control de la regata ubicado en Alicante.

No era una embarcación cualquiera. Se trataba del Sea Nymph, el velero en el que viajaban hace cuatro meses dos náufragas estadounidenses rescatadas cerca de Japón y cuya peripecia dio la vuelta al mundo.

Fue el pasado 25 de octubre cuando Jennifer Appel y Tasha Fuiava fueron rescatadas junto a sus dos perros por la Marina de Estados Unidos, después de que un barco de pesca taiwanés las descubriera a 900 millas de Japón.

Habían zarpado el 3 de mayo desde Honolulu con la intención de llegar a Tahití, pero una fuerte tormenta habría dañado la nave en la primera noche de la travesía, dejándolas a la deriva en el Pacífico, siempre según la versión de las náufragas.

La historia de Jennifer y Tasha corrió como la pólvora por redes sociales y medios de comunicación, si bien muchas voces pusieron en duda la veracidad de lo que contaron al encontrar ciertas contradicciones en su relato.

Al margen del episodio con el «barco fantasma» del Pacífico identificado desde Alicante, el interés por los drones a bordo de los barcos de la Volvo Ocean Race se plasmó el pasado jueves en un reportaje de la CNN sobre las espectaculares imágenes aéreas de la Vuelta al Mundo a Vela por escalas que captan estos dispositivos. El primer reportero a bordo que los utilizó fue Sam Greenfield en la edición de 2014-15.