A punto de cumplir 24 años, el polivalente alero Kingseley Obiekwe Sam cumple su primera temporada en el HLA Alicante y ya es pieza importante en el equipo de David Varela, que esta tarde defiende el liderato de la Liga LEB Plata en la difícil cancha del Aceitunas Fragata en Morón (Sevilla). Por su nombre y su imponente presencia de casi dos metros de altura, suele pasar por un estadounidense o extranjero de la plantilla lucentina, pero no. King Seley es español, «y de pura cepa», apostilla.

Hijo de padre nigeriano y de madre guineana, nació en el Hospital de la Paz de Madrid (25-III-1994) y pronto se trasladó a vivir con la familia a Torrejón de Ardoz, donde su padre trabajó en la base estadounidense, aunque no es militar.

Fue precisamente su padre, que mide 1,94 -sólo dos centímetros menos-, quien le obligó a dejar el fútbol para dedicarse al baloncesto, deporte en el que le veía más futuro por su estatura. «Me encantaba jugar con el pie, pero estoy contento con el cambio de balón, aunque nunca se sabe cómo me habría ido en el fútbol», se ríe y bromea King en un perfecto castellano.

El alero empezó a jugar en el júnior del Torrejón BS hasta que en la temporada 2014-15 Varela le enroló en el Alcázar Basket de la Liga EBA. La temporada siguiente hizo las maletas rumbo a Oklahoma City, donde compitió en la National Junior College y se graduó en el equivalente a Administración y Dirección de Empresas.

«Muchos piensan que soy estadounidense hasta que abro la boca y me escuchan hablar español», explica. «Aquí la mayor parte del tiempo hablo inglés con los americanos del equipo y me dedico a ayudarles un poco y a traducir».

King Seley se define como «un jugador combo», capaz de asumir diferentes roles en la pista: «No soy un tirador, reboteador o taponador nato, pero puedo hacer un poco de todo y sumar para el equipo hacia la victoria, que es lo que importa».

Admirador de Jordan y de jugadores de la NBA actuales como Leonard y Simons, este madrileño derrocha buen humor, hasta el punto de que se ha convertido en uno de los bromistas habituales del vestuario. «Mi adaptación a Alicante está siendo genial y el club y la ciudad son increíbles. Tenemos playa y de todo en un espacio reducido. No puedo pedir más ni quejarme». Palabra del «rey» Seley.