Tras un año de paréntesis y desencanto en los Emiratos Árabes, Luis García Plaza ya se ha integrado en el fútbol chino tras conseguir el ascenso a la League One con un equipo modesto, el Beijing Renhe, con el que intentará este año salvar la categoría que domina el potente Evergrande. El entrenador madrileño pronostica un gran salto del fútbol chino si consigue mejorar la formación de sus jugadores nacionales porque ya cuenta con varios de los mejores futbolistas y técnicos de las grandes ligas europeas.

¿Cómo ha programado la pretemporada invernal de su equipo en la Comunidad Valenciana?

Entre La Nucía y Oliva vamos a completar cinco semanas trabajando; sobre todo por el clima. Esta zona es ideal y las instalaciones de ambas ciudades son magníficas. Ahora en Pekín hace demasiado frío, con temperaturas por debajo de cero, y aquí en la «terreta» las condiciones son magníficas.

El curso pasado logró el ascenso a la Superliga china. ¿Cómo es, en síntesis, esta competición?

Somos 16 equipos de una competición que se disputa entre marzo y noviembre. Este año hay parón por el Mundial y es una liga muy interesante con grandes entrenadores y jugadores, muy seguida por el público. Es la mejor liga de Asia, de un continente, y disfruto de una competición del máximo nivel. Como si estuvieras en la Primera española, la liga china tiene una gran repercusión mediática.

Los buenos jugadores de ligas europeas siguen llegando a China. Mascherano y Augusto Fernández son dos de los casos más recientes...

La Liga la podemos dividir en dos grupos: están el Evergrande, que ha ganado siete años seguidos; después hay cuatro o seis equipos, como al que va Mascherano, el Hebei de Pellegrini, que luchan por acercarse a Evergrande o conseguir Champions y luego estamos los demás: sálvese el que pueda, que luchamos para no bajar. Jugadores como Mascherano, Hulk, Óscar o Lavezzi son «top» y entrenadores como Capello, Pellegrini y Paulo Bento hacen que la liga tenga mucho interés.

Por comparación con el fútbol europeo de élite, ¿está aún lejos la Superliga china?

Hay que diferenciar los jugadores chinos de los extranjeros. Los chinos son equiparables a los jugadores de la Segunda División española. Los de mi equipo son comparables con los de Segunda B y Segunda A. Pero, claro, imagínate que al Hércules, además de sus ocho españoles, le metes a Hulk, Óscar y Lavezzi. Lógicamente, el nivel subiría bastante. Los equipos chinos con estrellas mundiales se pueden comparar con los de Segunda A que quieren ascender. Pero ningún Segunda A de España tiene sus cuatro extranjeros con tantísima calidad. Nadie ve a Hulk jugando en el Albacete, con todo el cariño para el Albacete, o en el Levante, mi ex equipo. Alguno podría competir en la Primera española por no bajar, pero los jugadores chinos tienen aún que evolucionar y subir el nivel para ganar competitividad en la Superliga.

El desembarco de jugadores y técnicos «top» de ligas europeas ayuda a subir el nivel en China...

Sí. Los primeros equipos están bastante profesionalizados. Llevan ya tiempo trabajando con entrenadores y jugadores. Yo, por ejemplo, llevo siete personas conmigo. Donde deben introducir el mayor cambio es en la base, que la trabajan con métodos bastante antiguos en comparación con España. Debe ser su siguiente paso y, si lo dan, China en cuarenta años será una potencia mundial porque son mil trescientos millones. El jugador chino que sube al primer equipo arrastra deficiencias en el trabajo de base. Arriba ya es más difícil trabajar ese talento; les puedes ordenar táctica, física y mentalmente, pero el talento se trabaja en la base.

¿Cómo se ha adaptado usted al cambio tan drástico que supone pasar de Altea a Pekín y del fútbol español al chino, previo paso por los Emiratos Árabes?

Me he integrado bien. Cuando sales fuera, te cuesta más el primer año. En Emiratos lo pasé mal; venía de un fútbol muy profesional y tienes que trabajar otras cosas. Y China es tan grande que es muy diferente vivir en Pekín, que es mi caso, de hacerlo en otras ciudades, que son mucho más cerradas. Era un país comunista, que se está abriendo desde hace un tiempo, pero hay ciudades que conservan muchas costumbres antiguas. Pekín es una megaciudad multicultural como cualquier capital importante de otros países. En eso yo no he notado el cambio tanto. A otros compañeros que están en otras ciudades sí se les hace más difícil el día a día por el idioma y las costumbres.

¿Y qué objetivo se marca a corto o medio plazo?

El entrenador vive del presente y mi futuro, quizás, volver a España. Pero ahora pienso que estoy en una de las mejores ligas del mundo. Tengo un contrato económico bastante importante y disfruto de la competición. En lo deportivo, el objetivo es mantener la categoría y, a partir de ahí, a ver qué depara el futuro. Ojalá pueda volver a España, pero ya hemos hecho las maletas y no sé donde terminaremos.

¿Cómo se sigue la Liga española en China?

Se siguen el Real Madrid, el Barcelona, el Atlético y la selección española. Después, al Valencia puede que alguien también lo siga... Pero, por ejemplo, un Levante-Getafe, mis dos ex equipos, no es muy seguido. Ahora bien, un Barça-Madrid lo ve muchísima gente. Eso sí, es la selección española la que nos ha abierto las puertas a muchos. Es muy admirada y querida y gusta mucho su estilo de juego.

¿Sigue también la dura marcha por la travesía de la Segunda B del Elche, otro de sus ex equipos, y el Hércules?

Sí. Ha habido un bajón general en el fútbol alicantino. Elche y Hércules deberían estar, como mínimo, en Segunda A. No es fácil estar en Primera. Pero es que yo estuve a punto de subir a Segunda A con el Villajoyosa y el Benidorm y están ahora en Preferente. Necesitamos que el fútbol alicantino reaccione y que sus dos máximos exponentes, Hércules y Elche, vuelvan a estar, al menos en Segunda A porque tienen ciudad, afición y gente detrás. Son clubes muy importantes y ojalá en un futuro vuelvan a estar donde merecen. Es lo que nos gustaría a todos los que estamos por aquí y, por qué no, volver a trabajar allí algún día, que sería algo muy bonito.