«Estuve todo el día pensando si yo había sido la culpable de los insultos por haber pitado mal», reconoció ayer Nicole Ramos, árbitra de 17 años que denunció graves insultos machistas por parte del delegado y el entrenador del Tómbola durante un partido de alevines disputado el pasado día 14 de enero.

«Te sientes culpable de lo que había pasado, pensé que lo había hecho muy mal y por eso habían reaccionado así, pero después me paré a pensar que no tenían porqué haber reaccionado de esa forma. Me puedo equivocar, pero que me digan comentarios sexistas no se puede aceptar. Y por eso pongo la denuncia, para que a otra persona no le pase y más si es una chica, que no reciba a gente así», señaló ayer la árbitra alicantina, que fue recibida por Gabriel Echávarri, alcalde de Alicante, para mostrarle todo su apoyo por el desagradable episodio sufrido. Nicole acudió acompañada por Antonio Guijarro, delegado del comité de árbitros de Alicante, quien confirmó que la denuncia contra los miembros del Tómbola ya estaba puesta y que ni siquiera habían pedido disculpas por lo sucedido, ni ellos ni el club.

«¡Mujer tenías que ser!», «¡Vete a fregar!», «¡Lo único que haces es tocarte el coño!»... Son varias de las expresiones reflejadas en el acta del partido de fútbol 8 de alevines entre el Tómbola Athletic Club y el Racing Akra por parte de la colegiada de 17 años que incluso llevaron a la deportista a plantearse si valía la pena seguir adelante en el arbitraje. «El mismo día llegué a pensar en dejarlo, no es la primera ni será la última que pase, siempre habrá alguien que esté mal de la cabeza y trate así a los árbitros. Sí que pensé en abandonar pero tuve claro que no vale la pena por dos personas así. Es algo que me gusta y tengo que seguir luchando para dar ejemplo», afirmó en el Ayuntamiento Nicole, con ganas y energía suficiente para seguir ejerciendo el arbitraje.

La joven colegiada no se achantó tras protagonizar ese desagradable episodio. Siete después volvió a salir a un campo para arbitrar otro partido de fútbol 8. «Pité un partido la semana siguiente, pero no me sentí cómoda en el campo porque estaba más atenta a lo que me decían que a lo que estaba haciendo. Espero pitar otro y volver a coger la confianza, estoy con muchas ganas», apuntó Nicole, que agradece todas las muestras de apoyo recibidas. «Me he sentido muy apoyada por mucha gente tanto por mis compañeros de árbitros como por el recibimiento del alcalde. Me da muchas más ganas a seguir adelante», dijo sonriente.

«Me han dicho muchas veces que por dos personas no deje de hacer lo que me gusta. Al fin y al cabo los niños juegan y hacen los que les gusta, y a mí también me gusta verlos cómo se divierten y a seguir adelante», afirmó.

Muchas vueltas a lo sucedido

La árbitra reconoce que no fue fácil tratar de olvidar lo sucedido: «Le he dado muchísimas vueltas a lo que pasó. Ese día estuve todo el día pensando si había sido culpable y que había pitado mal».

Únicamente hay cinco árbitras de 119 en toda la comarca, una proporción que con el ejemplo de Nicole, esperan anime a otras mujeres a igualar las cifras de árbitras en los campos de fútbol y a seguir su camino.

La denuncia contra el delegado y el entrenador del Tómbola, que ya fueron expulsados por su club, sigue su curso. Antes, ya recibieron la sanción por parte de la Federación: 12 encuentros al delegado del equipo cadete por trato «vejatorio» y con 9 al entrenador del alevín por «violencia leve» además de 42 euros de multa.