El Liverpool castigó (4-3) los errores del Manchester City en Anfield, un estadio en el que los de Pep Guardiola llevan sin ganar 15 años, y acabó sufriendo tras haber gozado de una renta de tres goles, en una jornada 23 en la que el Arsenal sufrió una remontada (2-1) en casa del Bournemouth.

Con Coutinho ya en Barcelona, tras el traspaso por 120 millones fijos y 40 en variables, y sin el flamante fichaje Van Dijk, por lesión, los de Jurgen Klopp terminaron con la condición de invicto de un conjunto 'Citizen' que les ganó 5-0 en la primera vuelta y que tenía la posibilidad de ganar dos veces al Liverpool en liga en la misma temporada por primera vez en 80 años.

La intensidad en la presión y la velocidad de los puntas locales dificultó la salida de balón del líder. Antes del descanso, Chamberlain aprovechó un robo para irse directo a la portería rival y batir a Ederson con un potente disparo desde fuera del área. En una de las pocas llegadas mancunianas, una acción individual brillante de Sané equilibró el choque.

En la reanudación, el entramado ofensivo del Liverpool generó errores graves en el City. Firmino ganó en el cuerpo a cuerpo a Stones para picar el balón ante la salida de Ederson y encarrilar la victoria. Instantes después, Mané se estrelló con el palo, justo antes de ampliar la ventaja con el tercero con un zurdazo a la escuadra de la meta visitante.

Tampoco falló a la cita con el gol el egipcio Mohamed Salah, que volvió de una lesión que le hizo perderse dos partidos. Recuperó un mal despeje del portero del City y marcó con una vaselina lejana el gol que parecía sentenciar el duelo. Sin embargo, en los minutos finales, Bernardo Silva acercó a los 'Citizens' ante la mirada de un David Silva que vio todo el choque desde el banquillo e Gundogan recortó aún más diferencias.