on Quique Hernández de cuerpo ausente en el palco del Rico Pérez por prudencia y discreción, el Alcoyano desnudó las múltiples carencias del Hércules y convirtió en urgente y necesaria la vuelta del exentrenador para aportar algo de orden y coherencia en la nave blanquiazul, que empieza a zozobrar en su cuarto año consecutivo en Segunda B. En un final de partido casi novelesco, tuvo que ser el exherculano Eldin Hadzic quien sentenciara al equipo de Claudio en la última jugada. Llevaba el delantero bosnio varios meses sin jugar y su tanto al culminar una perfecta contra vino a redimirle de su calvario con las lesiones y a cerrar la pésima racha del Deportivo de seis encuentros consecutivos sin marcar.

Además, el primer gol de Eldin en más de dos años certificó la justa victoria del Alcoyano, que estuvo a punto de dejarse dos puntos en Alicante cuando Juli empató en el único remate a puerta del Hércules en el minuto 87 tras un buen pase corrido de José Fran.

Casi siempre se jugó a lo que propuso el equipo de Galiana, mucho mejor posicionado y ordenado con su defensa de tres centrales y el exherculano Álvaro brillando a un excelente nivel como carrilero izquierdo. López Silva tomó el mando de las operaciones en el centro del campo y marcó el ritmo del choque de principio a fin ante la impotencia de los mediocampistas blanquiazules. Ni Checa, ni Pepelu la vieron venir y el Hércules fue un absoluto despropósito en la primera parte. Ni defendió, ni atacó, ni dio sensación alguna de peligro. Un alma en pena abroncada por su afición camino de la caseta.

El cuadro alicantino rayó, incluso, lo grotesco cuando estuvo 10 minutos de ese primer acto -del 28 al 38- con un hombre menos mientras era atendido Checa en el vestuario. Lo nunca visto.

Cambió algo el decorado local con la entrada del irregular Miñano porque era prácticamente imposible jugar peor, pero no se descompuso nunca el Alcoyano, que creyó hasta el final y armó un gran contragolpe cuando el partido agonizaba para encumbrar a Eldin, salvar a Galiana y apremiar a Quique a que acelere su retorno. Siempre y cuando se ponga de acuerdo en las condiciones con Enrique Ortiz, claro, porque quien manda, manda.