El nuevo Eldense de Miguel Ángel Mullor echa a rodar el domingo (12.30 horas) cuando reciba la visita del Buñol en el Nuevo Pepico Amat, escenario complicado para los azulgranas, ya que en la primera vuelta sólo fueron capaces de ganar en tres de los 10 partidos disputados ante su afición hasta este momento.

En ese sentido, el Deportivo quiere comenzar el año con buen pie y regalar a la parroquia azulgrana una victoria justo el día después de Reyes: "Mi equipo va a ser valiente, va a tener el balón. No soy un loco, pero soy atrevido, me gusta ganar y que el público se divierta", señala Mullor. Pese a ello, el preparador onteniense se muestra sincero, afirmando que "el Eldense anda muy justo, no hay que engañar a nadie. Faltan tres o cuatro refuerzos 'top' para poder aspirar a los objetivos del club".

Mullor asegura que "todavía no he decidido la convocatoria, pero están todos disponibles. Es tiempo de ir conociendo a los futbolistas, aunque la forma de jugar la tengo clara y vamos a cambiar muchas cosas con respecto a la etapa anterior".

Vidas paralelas

Enfrente estará el Buñol, un club que ha atravesado por una época turbulenta tal y como sucedió en el Eldense la pasada campaña. En ese sentido, el conjunto valenciano estuvo al borde de la desaparición tras la gestión de un grupo inversor ingles, mientras que el Deportivo rozó la extinción tras el paso de un fondo de inversión italiano.

La crisis del Buñol saltó por los aires tras la derrota en casa ante el Borriol (0-2) que desencadenó el despido del técnico Javier Pons el pasado mes de octubre. Sus sustitutos fueron primero Miguel Angel Bossio, luego Javier Subirats y después Diego Moraga, pero no pudieron ejercer oficialmente porque los inversores omitieron dar de baja en la Federación a Pons, quien denunció al club porque el grupo británico no atendió ninguno de los plazos estipulados para finiquitar su contrato tras ser destituido.

La situación se agravó al acumularse tres meses de impagos y no llegar las inversiones prometidas por los ingleses: "Todo fue una farsa", asegura Pons.

La presión de la afición provocó en noviembre la salida del grupo inversor y fue el Ayuntamiento el que medió para celebrar una asamblea de socios que constituyó una nueva junta gestora, que volvió a confiar en Pons como técnico, quien se sentará en el banquillo del Nuevo Pepico Amat.