El Real Madrid busca hoy ante el Gremio brasileño (18h/TVE) su segundo Mundial de Clubes consecutivo, el tercero en el palmarés y el sexto entorchado intercontinental de toda su historia, en un partido que debe servir para dejar en el olvido la tibia imagen del pasado miércoles en las sufridas semifinales ante el Al Jazira.

Zinédine Zidane aseguró después de ganar 1-2 gracias a un gol de Bale que «el problema» volvió a estar en la «efectividad». Casi una veintena de disparos para hacer dos goles a un equipo débil que comprometió en exceso las ausencias en defensa y la fragilidad en los metros finales. Finalmente, la aparición estelar de Bale arregló el desaguisado. Conseguido el billete para la final, el Real Madrid pretende recuperar el tono y, de paso, engrosar su vitrina con un nuevo título mundial. Enfrente estará el Gremio, campeón de la Copa Libertadores, y un equipo con mucha más categoría que su oponente del pasado miércoles. Los brasileños tienen jugadores de mucha calidad y están acostumbrados a la alta competición. El equipo dirigido por Renato Gaucho no reinaba en Sudamérica desde hace 22 años, pero esta generación de futbolistas le ha guardado un sitio entre los mejores. Después de ganarse su presencia tras vencer a Lanús en la final de la Libertadores, los de Porto Alegre buscan la gloria eterna y el segundo entorchado planetario tras su victoria en la Intercontinental de 1983.

Un tanto mermado por la lesión de Arthur, su mejor jugador, Gremio destaca por jugadores como Luan, el faro durante las semifinales y en su camino al Mundialito, además de otros como Lucas Barrios. El veterano delantero argentino, con pasado europeo en el Borussia Dortmund y Spartak de Moscú, entre otros, es una de sus referencias, además de un viejo conocido para la afición del Mallorca: el defensa Pedro Geromel.

Por su parte, otros argumentos ofensivos del Gremio son Fernandinho, con capacidad para resolver en los metros finales, y Everton, protagonista el martes.