Además de la gran cita atlética de la provincia, la Media Maratón de Santa Pola, cuya 29ª edición se disputa el 21 de enero, se ha convertido en un referente del turismo deportivo en la Costa Blanca. Así se desprende de los datos facilitados por el Observatorio Económico de Alicante, que calcula un impacto económico global de la prueba de 1.826.000 euros y un gasto medio de 108 euros por cada uno de los 5.500 participantes que prevé la organización.
La prueba señera del atletismo alicantino cuenta hoy con 3.000 corredores inscritos, aunque su director, el exatleta olímpico alicantino José Manuel Albentosa, confía en que el habitual tirón de las últimas semanas acerque la cifra final hasta los 6.000 «runners». El récord de participación se registró el año pasado cuando la carrera fue Campeonato de España y congregó a 8.000 atletas.
A pesar del cambio en la dirección de la carrera tras la salida del Club Atletismo Santa Pola, el Observatorio Económico de Alicante calcula que la capacidad de convocatoria de la prueba se mantiene en los mismos términos y que su potencial económico se traduce en un impacto de 1,8 millones de euros y la creación de 70 empleos a tiempo completo durante un año, según los datos facilitados por el presidente del Observatorio, José Antonio Trigueros.
Este centro de estudios económicos de la provincia desglosa la cifra global de 1,8 millones en tres conceptos: consumo de los corredores, aportación al PIB y repercusión de la marca. En primer lugar, el Observatorio calcula unos 600.000 euros de consumo total generado por los 5.500 participantes, a razón de 108 euros per cápita (20 euros de media de inscripción, desplazamiento, aparcamiento, comida, alojamiento en su caso...).
A esta cantidad hay que sumar 1.160.000 euros de aportación al Producto Interior Bruto y otros 71.500 en concepto de conocimiento y repercusión de la marca, entre otros intangibles que genera la carrera de Santa Pola.
Los datos económicos que maneja el Observatorio sobre la Media santapolera son la quinta parte de lo que genera la prueba de Valencia, en la que participan unos 28.000 corredores, con un impacto de 10 millones y un gasto medio de 500 euros, dado que su gran repercusión internacional conlleva la participación de «runners» de hasta ochenta nacionalidades.
