No es la manera de echar una mano a un equipo que lucha por jugar en la Asobal no dejándole jugar este domingo en su pabellón habitual por los playbak de las Hogueras. Así están las cosas en el deporte de la capital alicantina. Sin ningún equipo en la élite, con escasa afluencia de aficionados y con la mínima ayuda municipal para poder despegar de una vez. Agustinos no puede jugar su partido ante el Covadonga en el Pitiu Rochel, su escenario en esta temporada que estrena categoría y que se ha convertido en el equipo revelación. Deberá desplazarse a La Catedral. No es serio y no es la forma de impulsar a la ciudad a la máxima categoría. Agustinos no ha sido el único que se ha visto obligado a variar su escenario.

También el HLA Alicante sabe bien lo que es entrenar con canastas no homologadas en Babel tras verse desahuciado casi toda la pasada semana del Pedro Ferrándiz por el campeonato de España de gimnasia rítmica. No ha sido la primera vez, ya están más que acostumbrados y cuando llueve, pocas veces por suerte, saben que toca peregrinaje a Babel por las goteras del imperfecto Centro de Tecnificación. El miércoles está previsto que llueva. Pues el equipo alicantino ya tiene reservada pista en Babel por si acaso. ¿Por qué no al Pitiu Rochel que está más cerca? Porque no tiene canastas. Es la triste realidad del deporte alicantino, con fisuras en todos los estamentos. ¿Las escuelas municipales? Arrancaron con casi un mes de retraso en medio del caos en el que está sumido la concejalía. Alicante recibió la distinción de Ciudad Europea del Deporte en 2014. No hay por donde cogerlo.