El fallecimiento de Jaume Ortí a los 70 años deja al Valencia huérfano del último presidente que tuvo una conexión especial con la afición y que además disfrutó en su mandato, de poco mas de tres años, de una de las épocas más gloriosas del club, en la que conquistó cuatro títulos.

El carácter campechano de Ortí y su habitual saludo cariñoso de 'hola bonico' con todo aquel que se cruzaba le valió el sobrenombre de 'Bonico Ortí' y una cercanía con la afición que no han disfrutado otros presidentes. Además, Ortí fue un hombre de fútbol y un futbolero, que no dudaba en ir a ver partidos del Levante, el rival histórico de la ciudad, o en celebrar éxitos a pie de campo con los hinchas valencianistas. Así, no dudó, cuando el Valencia volvió a ganar un título de Liga 31 años después, en saltar al césped de La Rosaleda con el abanico gigante de la Peña de Aldaia, su pueblo natal, que había lucido en el estadio de Sarrià en la conquista de la anterior Liga, en 1971.

Aquel enorme abanico se convirtió en un icono del valencianismo y Ortí lo recuperó para las celebraciones de los títulos, tanto de las dos Ligas como de la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa, logradas bajo su mandato.

Con el Valencia tratando de tú a tú a Real Madrid y Barcelona, tras ser finalista dos años seguidos de la Liga de Campeones, el presidente valencianista no dudó en tirar de ironía para tildar de 'galáctico' al Real Madrid ante el exceso de alabanzas que recibía de buena parte de los medios de comunicación nacionales. El Valencia derrotó al equipo madrileño en la primera jornada de la Liga 2001-2002 al Real Madrid por 1-0 y el término de «galácticos» quedaría asociado para siempre al equipo madridista de aquella época, cuyos enfrentamientos con el conjunto dirigido por Rafa Benítez estuvieron siempre rodeados de polémica y pasión.

Ortí no tuvo reparos en mostrar públicamente su disconformidad con arbitrajes sufridos, especialmente ante el Real Madrid, y habló de liga adulterada o de que solo se les permitía ser segundos. Esa campaña dejaría otra de las imágenes para el recuerdo. El 12 de abril en La Romareda, tras ganar un importante partido en la lucha por la Liga, bajó al césped y no dudó en unirse a los 2.000 aficionados valencianistas que viajaron a Zaragoza.