Con el título de MotoGP por decidise mañana entre Marc Márquez y Andrea Dovizioso, el piloto catalán provocó un «¡uy!» entre los espectadores que ayer poblaron las gradas del Circuit Ricardo Tormo durante la primera jornada de entrenamientos. No pasó de ahí, del susto, pero durante unos segundos más de uno pensó en lo peor. O se imaginó lo que supondría esa caída el domingo, en plena carrera. No hay que olvidar que Márquez necesita quedar entre los 11 primeros para ser campeón. Siempre que Dovizioso, que está a 21 puntos en la clasificación, entre primero en la meta. Si el piloto español se fuese al suelo, la emoción estaría garantizada y la atención se centraría, más que nunca, en la cabeza de carrera. No hay que olvidar que Dani Pedrosa, compañero de Márquez en Honda Repsol, dijo el jueves que su mejor forma de ayudar a su colegada es con una victoria.

Márquez sumó su vigésima sexta caída en lo que va de temporada, al irse por los suelos en la segunda tanda de entrenamientos libres. Cuando ya estaban prácticamente terminados, el catalán se fue al suelo en la curva 2 del trazado valenciano, la llamada curva Doohan, paradójicamente el mismo punto en el que en 2006 el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) se fue al suelo y perdió sus opciones al título mundial de aquél año frente al estadounidense Nicky Hayden. Márquez, que llegó a liderar la sesión en algún momento, concluyó la misma en la quinta posición, sexto en la combinada de las dos tandas.