ANÁLISIS

El partido que ganó el Real Madrid a Las Palmas (3-0) dejó momentos contradictorios sobre jugadores que no se encuentran en su mejor momento y que son tratados con diferente rasero por el público del estadio Bernabéu.

En medio de la felicidad de nombres como Isco o Asensio, ambos aclamados, sobre todo el segundo por el golazo que marcó al cuadro canario, apareció la tristeza de dos figuras clave en el esquema de Zidane: Cristiano y Benzema.

Tanto el portugués como el francés se encuentran en un mal momento. Sobre todo en Liga, donde los delanteros del Real Madrid suman sólo un gol cada uno después de 11 jornadas disputadas. Es cierto que se perdieron un tramo del curso por sanción y por lesión, respectivamente, pero aún así, sus números son pobres.

Cristiano los disfraza con sus buenas actuaciones en la Champions, competición de la que es máximo goleador con seis tantos tras marcar dos al Hapoel, al Dortmund y al Tottenham. Además, antes de ser sancionado cinco partidos, hizo otro al Barcelona en la Supercopa.

Sus ocho dianas tal vez definan la diferencia de trato que tiene el Bernabéu con ambos jugadores. Mientras que a Cristiano se le perdonó todo ante Las Palmas e incluso recibió los ánimos de su hinchada cuando falló una ocasión en la segunda parte, con Benzema la línea de la paciencia es fina.

El francés fue pitado por el sector más crítico del Bernabéu. Tras fallar en el minuto 4 un mano a mano ante el portero, tuvo otra clara ocasión con un cabezazo que no acertó a rematar. Entonces, una parte del público que le mira con lupa, inició su serenata de silbidos.

Después, los goles de Casemiro, Isco y Asensio parecieron calmar los ánimos, pero a falta de 15 minutos fue sustituido por Lucas Vázquez comprobó que en el Bernabéu hay división de opiniones sobre su figura: pitos y aplausos.