Con todo por hacer y sin apenas colchón de seguridad para sostener otro paso en falso. Así es la escabrosa situación del Hércules sólo dos meses y medio después de haber iniciado la competición. Desde la llegada de Claudio, el conjunto blanquiazul se ha aferrado a la media inglesa: empatar fuera y ganar en casa. En tres partidos, dos 1-1 en Formentera y Palma y una sufrida victoria en el Rico Pérez hace siete días ante el Santa Eulalia en la que se volvió a conseguir dejar la portería a cero.

Ahora toca refrendar la buena imagen mostrada el miércoles en Mallorca frente a un Atlético Baleares que también está llamado a luchar por unos de los puestos de play off de ascenso.