La sección de fútbol sala del Elche CF está viviendo un auténtico calvario en el inicio de la Liga de Segunda División. Después de quedarse a las puertas del ascenso la temporada pasada y a pesar de la importante reducción del presupuesto, en la presente campaña y tras la renovación de buena parte de la base del equipo, se esperaba, al menos, estar en la zona media alta de la clasificación.

Pero no sólo no se está consiguiendo, sino que el conjunto de Pablo Conejero ocupa puestos de descenso con un pobre bagaje de una victoria, un empate y cinco derrotas en las siete primeras jornadas de competición.

El encuentro de ayer frente al recién ascendido Manzanares se esperaba que fuese el punto de inflexión para la recuperación de los ilicitanos. Sin embargo, fue más de lo mismo y los franjiverde cosecharon una nueva derrota y volvieron a cometer los mismos errores de este inicio de campeonato.

La ansiedad y la falta de gol se están convirtiendo en males endémicos que cada día son más graves sin que haya atisbo de recuperación.

El choque frente a los manchegos fue un calco de los anteriores. El Elche llevó el peso del partido, dominó el balón, pero no acertó con la portería contraria y el rival, en una de las pocas que tuvo se adelantó en el marcador.

En esta ocasión fue a los 16 minutos. En el resto del primer tiempo y en las tres cuartas partes iniciales del segundo el marcador no se movió.

A falta de cinco minutos y en pleno asedio franjiverde, Rubi logró empatar el partido. Parecía que la suerte, por fina, quería acercarse al bando ilicitano. Pero ni mucho menos.

Sólo dos minutos después, el Manzanares consiguió dos nuevos goles y, prácticamente, dejó sentenciado el encuentro.

Juanjo albergó alguna esperanza a falta de un minutos, pero con el tiempo casi cumplido, los manchegos anotaron el 2-4 definitivo dejaron noqueado al equipo de Pablo Conejero.

La situación ya empieza a preocupar porque la Liga avanzar y las cosas no cambian. Además, los futbolistas salen cada vez más tensionados al terreno de juego.

Y por si faltaba poco, el próximo viernes toca visitar al Burela Pescados Rubén de Lugo, uno de los favoritos para lucha por el ascenso a Primera División.