La llegada de Julen Lopetegui al cargo de seleccionador nacional, el pasado 21 de julio de 2016, supuso el inicio de una transición del equipo nacional tras la marcha de Vicente Del Bosque, que el técnico vasco ha resuelto de forma exitosa con una brillante clasificación para el Mundial de Rusia.

Tras los éxitos de España de la mano de Del Bosque y una etapa final frustrante, con la rápida eliminación del Mundial de Brasil y la decepción de la última Eurocopa en Francia, la RFEF apostó por Lopetegui, quien había triunfado con las categorías inferiores de la selección, ganado el Europeo sub'19 de 2011 y el Europeo sub'21 de 2013.

Desde entonces, Lopetegui ha dirigido un total de trece partidos, con un balance de diez victorias y tres empates, con 43 goles a favor y tan solo 7 en contra, despejando las dudas que se barruntaban en el horizonte de la selección, con el buen juego y las prestaciones ofrecidas ante selecciones del nivel de Italia, Inglaterra, Francia o Bélgica.

El joven técnico no dudó en cambiar rutinas en la selección y en imponer un estilo diferente de trabajar en los entrenamientos, de preparar la estrategia, cuidar todos los detalles y de relacionarse con sus futbolistas, imponiendo una mentalidad de compromiso y de ambición.

Al margen de los aspectos deportivos, Lopetegui se ha visto obligado a lidiar con temas extradeportivos que podían haber enturbiado el ambiente de la selección, como fue la detención del presidente de la RFEF, Ángel Villar, o la polémica de Gerard Piqué por su implicación con el referéndum de Cataluña.

«Hemos intentado vivir día a día, tomando decisiones para buscar el bien del equipo y el objetivo común. Hemos tenido el foco en el objetivo prioritario que era el deportivo en todo momento, sin desviar nuestra atención», reconocía en rueda de prensa una vez conseguida la clasificación el viernes en Alicante.

Durante este periplo, España ha conseguido una brillante clasificación para el Mundial de Rusia, a falta de una jornada para concluir la fase de grupos, después del triunfo del Rico Pérez ante Albania por 3-0.

A pesar de coincidir con Italia, La Roja ha solventado con mucha solvencia su grupo y tan solo el empate en Turín ante los italianos ha privado al combinado español de saldar con una victoria todos sus compromisos, entre los que destaca el 3-0 infligido a la selección transalpina en el Santiago Bernabéu y que aseguró virtualmente la primera plaza del grupo a España.

Con Lopetegui, España no ha perdido la esencia de su fútbol vistoso a pesar de que han dejado la selección jugadores fundamentales en los pasados éxitos.

Junto a experimentados jugadores en la selección como Sergio Ramos, Gerard Piqué, David Silva o Sergio Busquets, Lopetegui ha ido dando protagonismo a futbolistas con los que ya saboreó las mieles del triunfo durante su etapa en las categorías inferiores, como Thiago Alcántara, Isco Alarcón, David de Gea o Koke y ha ido incorporando a otros como Asier Illarramendi, Marco Asensio, Nacho, Marc Bartra o Rodrigo Moreno.

Además, ha hecho debutar a cinco jugadores en la absoluta, el último de ellos el viernes ante Albania, el lateral Álvaro Odriozola, que se suman a la lista de Illarramendi, Saúl Ñíguez, Ander Herrera y Iago Aspas.

Lopetegui ha demostrado que premia a los futbolistas que en mejor estado de forma están y no le ha temblado el pulso a la hora de convocar de nuevo a David Villa o Pedro Rodríguez, a veteranos como Aritz Aduriz o a jóvenes como Álvaro Odriozola, Kepa o Marco Asensio.

Con todos estos ingredientes el seleccionador nacional parece haber dado con la receta idónea para devolver a España a la senda de los éxitos y el próximo año en Rusia llegará la gran cita mundial, en la que España debe demostrar que su candidatura al título está justificada tras su brillante clasificación.