El alicantino Sergio Gutiérrez Ferrol, que ha vuelto a la competición tras varios años alejado del tenis, ha estallado contra las apuestas ilegales en los torneos de la Federación Internacional de Tenis (ITF) que se disputan en España. «Es una vergüenza. En la mayoría de los partidos se presentan en las propias pistas un buen número de apostadores con sus móviles e incluso hay un grupo de una veintena que viajan por los torneos en toda España», denuncia «Guti», como se le conoce en el mundo de la raqueta, que compitió varias temporadas en la ATP y ahora, a sus 28 años, lo hace en los torneos Futures de la ITF, destinados especialmente a los jugadores jóvenes que necesitan puntos para dar el salto al circuito cien por cien profesional.

Ni que decir tiene que las apuestas están radicalmente prohibidas en el tenis profesional por las federaciones territoriales y por la ATP, pero en el mundo de la raqueta se da por hecho que se producen y que son «muy difíciles» de controlar porque se tramitan a través de internet y las gestionan casas de apuestas afincadas mayoritariamente en países asiáticos. «Tú no ves a los apostadores en las pistas, pero sabes que se producen», explicó ayer un alto cargo de la Federación Valenciana, que admitió que en los torneos de la ITF los controles son menores que en el resto del circuito profesional.

«Guti» explotó contra los apostadores tras disputar durante la primera semana de septiembre el torneo ITF Futures en el Real Club de Tenis de Oviedo, dotado con 25.000 dólares en premios, en el que avanzó hasta los cuartos de final. Perdió ese duelo en un partido muy duro [6-3, 5-7, 7-6(4)] con Javier Martí, cabeza de serie número 2 del torneo y Gutiérrez denunció que dos apostadores le increparon en mitad del encuentro.

«Te hablan, te distraen y te insultan en medio del partido si no les cuadran sus apuestas, pero es que en privado, a través de las redes sociales, me amenazaron con matarme a mí y a mi familia», explica el tenista alicantino.

«Guti» recuerda también el reciente caso del tenista vasco Íñigo Cervantes, que el pasado día 10 perdió la final del torneo Challenge de Sevilla contra el canadiense Aliassime (6-7, 6-3, 6-3), y lo relaciona directamente con las apuestas ilegales. «Íñigo estaba un set arriba y 3-0 a su favor cuando los apostadores empezaron a insultarle y llamarle 'puto etarra de mierda', le sacaron del partido y lo perdió cuando lo tenía ganado. Es intolerable», relata el jugador alicantino.

Gutiérrez no se conformó con denunciar las coacciones y amenazas en sus redes sociales, sino que también llamó a la sede de la ITF en Londres para comunicar lo que ocurre con las apuestas ilegales en sus torneos en España, una anomalía que no ha detectado cuando juega Futures en el extranjero. «Contacté con la Federación Internacional para presentar la queja y exigir que intervenga y solucione este escándalo porque, de lo contrario, nos va a obligar a actuar a nosotros...».

El tenista nacido en Alicante en 1989 confiesa que ha tenido la tentación de interrumpir algún partido en plena competición para encararse con los apostadores, «pero, al final, te contienes la rabia y el impulso porque no puedes insultar a nadie en un club de tenis y porque saldrías perdiendo tú mismo por el daño que puedes hacer a tu imagen. La sensación es de completa indefensión».

Gutiérrez cree que la solución a las apuestas ilegales en los torneos ITF debe pasar por su tajante prohibición y persecución legal, así como por reforzar la vigilancia en los propios torneos. «En algunos, como en Sevilla, si se detecta a una persona con un móvil en la grada y se le efectúa una advertencia, al segundo aviso tiene que abandonar forzosamente esa instalación deportiva. Esta puede ser una medida eficaz», apostilla «Guti», «pero para que se llegue a una solución duradera contra este fraude es necesario que se impliquen a fondo las federaciones y los clubes».