El Recoletas Atlético Valladolid firmó tablas ante un Benidorm muy farragoso, que jugó prácticamente al borde del pasivo, y que demostró el potencial de sus nuevas incorporaciones, aunque los locales no perdieron la paciencia y supieron contrarrestar los puntos fuertes del rival.

El Recoletas salió con la intención de hacer valer el factor cancha y tratar de sorprender al Benidorm en los primeros compases del encuentro, pero los de Zupo Equisoaín fueron engrasando la maquinaria y, sobre todo a través del juego con el pivote, ya que Salinas supo moverse muy bien entre la barrera local, dio la vuelta al resultado en el minuto 20 (7-8). La defensa del cuadro alicantino fue aumentando la presión, incomodando de manera notable el juego de los vallisoletanos, que quedó ralentizado y, esa falta de dinamismo, sin apenas continuidad, concedió al rival la capacidad de controlar el marcador.