La selección española se impuso a Italia en un encuentro clave en el camino al Mundial de Rusia, con claves como el liderazgo de Isco, la variedad táctica de Julen Lopetegui, firmeza defensiva emergiendo la figura de Busquets, un De Gea sobrio y el ambiente mágico del Santiago Bernabéu de homenaje a leyendas.

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El liderazgo de Isco

El malagueño protagonizó el partido soñado por cualquier futbolista, mágico en cada una de sus apariciones, ejerciendo un dominio del juego abrumador. Solo las faltas del rival le frenaban. Túneles para enmarcar, sombreros, asociaciones perfectas con sus compañeros para superar el 90% de acierto en el pase, un doblete con máxima efectividad en sus disparos a Buffon. Isco puso en pie al Bernabéu, se ganó hasta el aplauso del rival como reconoció Ventura, seleccionador italiano, y se erigió como el relevo perfecto de Iniesta.

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La variedad táctica del

seleccionador español

El preparador tenía decidido recuperar la figura de falso nueve y ni la lesión de Chiellini, que provocó que Italia no apostase por defensa de cinco, le hizo cambiar su hoja de ruta. Consiguió superioridad en la medular juntando jugadores del perfil de Iniesta, Isco, Asensio y Silva. España no necesitó un dominio abrumador de la posesión para encontrar siempre ventaja en el juego entre líneas. Provocó desequilibrio con la movilidad y el cambio de posiciones de su tridente ofensivo. Y cuando tuvo el partido encarrilado, la entrada de un nueve puro como Álvaro Morata sirvió para aprovechar los espacios y castigar las líneas adelantadas italianas. Lopetegui se reivindica como gran estratega.

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Firmeza defensiva con

Busquets a gran nivel

Italia necesitaba goles para alcanzar el liderato de grupo. Un empate con más de un gol o la victoria era su objetivo y fue incapaz de marcar ninguno. Pese a que su planteamiento con cuatro jugadores de ataque hizo daño a los laterales de la Roja, la mayoría de sus centros se encontraron con la seguridad de Ramos y Piqué. Una clave en el trabajo defensivo con un trabajo oscuro que se valora poco desde fuera pero mucho desde dentro por sus compañeros, es Busquets. Su partido, perfecto en ayudas, coberturas, recuperación y salida de balón.

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La sobriedad de David de Gea

La nueva Italia de Ventura tiene dinamita arriba y De Gea supo impedir que se activase. Hizo tres grandes paradas, una de reflejos con remate a bocajarro cuando el partido andaba igualado que evitó el empate y un posible cambio de rumbo. Dio seguridad al resto del equipo respondiendo siempre bien ante las llegadas aisladas italianas. Un seguro en portería de una España que solo encajó tres tantos en siete partidos de la fase de clasificación.

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Ambiente mágico del Bernabéu

Silenció hasta aquellos que quisieron dar la nota silbando a Piqué para que fuese una anécdota. Fue una noche de magia en el Santiago Bernabéu, de máximo disfrute de una filosofía de fútbol y respeto a los que hicieron historia con la conquista de un Mundial y dos Eurocopas. Iniesta fue venerado y se despidió con una gran ovación del público puesto en pie. Daba igual el club de cada aficionado, la admiración a una leyenda unió a todos con la Roja. Con el triunfo en el bolsillo todo el estadio pidió el regreso de David Villa y se vivió otro momento inolvidable cuando, tres años después, el máximo goleador de la selección volvió a disfrutar.