El español Fernando Alonso (McLaren-Honda) saldrá desde el fondo de la parrilla en el Gran Premio de Italia, ya que cambiará el motor de su monoplaza, según confirmó él mismo este jueves en su comparecencia ante los medios escritos en el circuito de Monza, sede de la prueba.

"Saldré último, porque no sabíamos si cambiar el motor o no; y hace diez minutos me lo confirmó el equipo, que saldremos con la (evolución) 3.7, así que lo haremos desde atrás del todo", comentó en Monza el doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault).

Alonso, de 36 años, que tuvo que abandonar, de nuevo por el nulo rendimiento de su motor Honda, el pasado domingo en Spa-Francorchamps (Bélgica), sólo ha podido puntuar dos veces en lo que va de temporada.Hamilton quiere asaltar el liderato en el 'templo' de Vettel

Por su parte, Lewis Hamilton (Mercedes), vencedor del último Gran Premio, el de Bélgica, quiere 'asaltar' en Monza, sede este fin de semana del de Italia, el liderato en el Mundial de Fórmula Uno del alemán Sebastian Vettel, recién renovado por Ferrari en Spa, donde fue segundo; y que le saca siete puntos en el campeonato.

Hamilton, de 32 años, que en Spa-Francorchamps igualó el récord histórico de 'poles' (68) del alemán Michael Schumacher -plusmarca que podrá mejorar en Monza-, le metió presión a Vettel de 30, cuyos cuatro títulos aspira a igualar; y ahora quiere apretarle aún más en "territorio Ferrari", ante las decenas de miles de 'tifosi' de la 'Scuderia' que suelen abarrotar el recinto.

Al ganar en Bélgica el pasado domingo, el inglés superó las cuatro victorias que lleva este año Vettel, que domina, con 220 puntos, un Mundial en el que el compañero de Hamilton, el finlandés Valtteri Bottas, quinto en Bélgica (por detrás de su compatriota Kimi Raikkonen, también renovado -un año- por Ferrari), es tercero, con dos triunfos en 2017 y a 41 puntos.

Con el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull, tercero en Spa y que logró en Azerbaiyán el única triunfo del año que no se apuntaron ni Mercedes ni Ferrari) cuarto, a 88 puntos de 'Seb'; y aunque aún queden ocho carreras, todo apunta a que el Mundial es cosa de dos.

Lo que añade morbo y emoción al decimotercer Gran Premio del año, el último en Europa, en un circuito que -salvo por las obras que en 1980 trasladaron la prueba a Imola- no ha dejado de estar presente en el calendario desde el origen de la F1, allá por 1950. Una pista de 5.793 metros de curvas de alta velocidad y largas rectas, a la que el domingo está previsto dar 53 vueltas, para completar un recorrido de 306 kilómetros. Donde, en condiciones normales, se pisa a fondo el acelerador durante el 75 por ciento del trazado.

A la que el suministrador único de neumáticos, Pirelli, envió compuestos medios (reconocibles por la raya blanca y de los que todos tan sólo han traído a Italia un juego), blandos (raya amarilla, algo más solicitados) y superblandos (roja, la opción más solicitada, con diferencia, por todos los contendientes).

En la que el motor y la aerodinámica marcan las diferencias; y en la que entre los pilotos en activo sólo han ganado los dos favoritos -tres veces- y el doble campeón mundial español Fernando Alonso -dos-, que encadena su tercer año seguido de penas con McLaren-Honda, escudería histórica hipotecada de nuevo por un motor nada competitivo.

Que provocó en Spa la ira y la desesperación del genio astur, que venía de haber logrado, antes de las vacaciones, su mejor resultado del año: un sexto. En Hungría, donde en 2003 logró la primera de sus 32 victorias, serie que lleva frenada desde hace más de cuatro años, cuando se impuso en el Gran Premio de España, en Montmeló y con Ferrari.

Alonso, de 36, anunció en Bélgica que comenzará a decidir su futuro -que algunos ahora acercan a Williams; y otros lo ven de nuevo en McLaren, pero con otro motor- a partir de septiembre. Es decir, que a partir de este viernes se aumentará con intensidad el periodo de rumores y conjeturas en torno a él.

Fernando poco podrá esperar de un fin de semana en el que todo indica que puede penalizar en parrilla, a causa de nuevos cambios en la unidad de potencia; por lo que, de momento, lo único a celebrar en su escudería será el 50 aniversario de la única victoria de Honda en Monza como constructor. La que logró el inglés John Surtees, único piloto que ganó Mundiales de motociclismo y de Fórmula Uno.

Alonso aún podrá presumir, eso sí, de ser el piloto en activo con más podios en Monza (seis), donde supera en uno a Vettel y a Hamilton, cuyas tres victorias mejoran el brasileño Nelson Piquet -que celebró uno de sus cuatro éxitos en la 'atípica' edición de Imola, en el 80- y el alemán Michael Schumacher, 'hombre récord' de la categoría reina.

Hamilton igualó en Francorchamps, al firmar su séptima del año, la plusmarca de 'poles' del 'Kaiser', convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió en Meribel (Alpes franceses) en diciembre de 2013. Y no sólo podría batir este récord: si arranca de nuevo primero en Monza, también mejorará otro, que, de momento, lo iguala al quíntuple campeón mundial argentino Juan Manuel Fangio, que arrancó cinco veces primero en el templo de la velocidad.

El otro español en pista, Carlos Sainz, que está bordando su temporada de confirmación en F1, la tercera, en la que no le está dando opción a su compañero ruso Daniil Kvyat (que suma cuatro puntos, por 36 del madrileño, noveno en el Mundial); nunca puntuó en Italia. Pero este viernes, de momento, festejará aquí su cumpleaños. El vigésimo tercero, que pretende refrendar con una buena actuación.

El mexicano Sergio Pérez (Force India), tan brillante como polémico este año -en el que es séptimo, con 56 puntos-, también apuntará alto en Monza.

Donde en la tarde de este mismo jueves centrará toda la atención de la prensa cuando comparezca, en morbosa rueda de prensa, la de la FIA (Federación Internacional del Automóvil), junto a su compañero francés Esteban Ocón, que lo acusó de "intentar" matarlo en el segundo de los dos 'encuentros' que tuvieron en Spa. El 'enésimo' en lo que va de año. Que provocó la entrada en pista de un coche de seguridad que no gustó a Hamilton, que en esos instantes vislumbraba un trato de favor a Vettel.

Y que le vino como agua de mayo a Ricciardo, que aprovechó para apuntarse su sexto podio del año en Spa-Francorchamps, el mismo día que su colega en Red Bull, el joven holandés Max Verstappen, sexto en el Mundial, con 67 puntos -once más que 'Checo'- consumaba su sexta retirada del curso.