El australiano Nick Kyrgios, número 23 del mundo, ganó este domingo por 7-6 (3) y 7-6 (4) al alicantino David Ferrer y consiguió alcanzar la final del torneo Masters 1.000 de Cincinnati, que jugará contra el búlgaro Grigor Dimitrov, séptimo cabeza de serie.

Dimitrov, de 26 años, venció también por dos sets, 7-6 (4) y 7-6 (10), ante el estadounidense John Isner, decimocuarta cabeza de serie, y por primera vez, en unas semifinales de un Masters 1.000, los dos partidos acabaron los cuatro sets en desempates y sin que ninguno de los jugadores perdiese su saque.

El duelo entre Dimitrov y Kyrgios, de 22 años, será el segundo que vayan a disputar como profesionales. El primero lo ganó el jugador búlgaro, torneo Masters 1.000 de Indian Wells del 2015.

Como sucedió en el partido de cuartos de final, en el que Kyrgios derrotó la pasada noche al español Rafael Nadal (6-2 y 7-5), el saque del jugador australiano fue lo que decidió un partido que duró dos horas y cuatro minutos y en el que Ferrer se mostró superior en el intercambio de golpes y tenis desde el fondo de la pista.

Sin embargo, no pudo con su resto, romperle el saque a Kyrgios, que colocó 14 saques directos ganadores con cuatro dobles faltas, comparados a sólo un "ace" de Ferrer, que además perdió cinco tantos al fallar el segundo saque.

Ahí estuvo la historia del partido y aunque Ferrer dispuso de varias pelotas de rotura de puntos al final nunca pudo conseguirlo y la llegada al desempate el saque de Kyrgios fue el que le permitió conseguir los tantos decisivos y la primera victoria ante Ferrer, que le había ganado anteriormente el único enfrentamiento entre ambos, en primera ronda del Abierto de Estados Unidos del 2015.

"Como me esperaba ha sido un partido duro, competido, con un gran tenis de David Ferrer, que ha vuelto a un gran nivel", declaró Kyrgios. "Estoy feliz de haber podido llegar a mi primera final en lo que va de temporada y lucharé al máximo por conseguir el título".

La llegada de Kyrgios y Dimitrov a la final es la primera de un Masters 1.000 en la que en la final no habrá ninguno de los cuatro mejores clasificados en la lista de la ATP desde la de París 2012 cuando irónicamente, Ferrer fue el ganador, lo que deja a la final con jugadores que todavía no tienen un título en esta categoría.

Dimitrov, que había perdido las tres semifinales de Masters 1.000 que había disputado, jugará por primera vez una final, lo mismo que hará Kyrgios, en lo que se espera que será otra exhibición más de los nuevos talentos de la ATP cuya mejor virtud es el poder físico y un saque potente que en Cincinnati les permitió luchar por el título.