Dos argumentos muy sospechosos sostenían la acusación contra los 42 investigados en el caso del supuesto amaño del Levante UD-Zaragoza de 2011: la transacción de 727.120 euros a las cuentas de los futbolistas del equipo maño por parte de su presidente dos días antes del partido y la reducción de los gastos de los jugadores «granotes» en las semanas posteriores al encuentro. La juez, sin embargo, no ha podido ligar ambos hechos. Nadie ha podido seguir el rastro del dinero. La pista de un supuesto maletín se pierde en el momento en el que los zaragocistas extraen el ingreso de sus cuentas. A partir de ahí, todo queda a expensas de la especulación.

La juez que instruye la causa, archivada provisionalmente el martes, no ha cerrado definitivamente el caso. Pero difícilmente lo reabrirá porque, después de una instrucción muy larga, de 28 meses, la aparición de nuevas pruebas que incriminen a los futbolistas de ambos equipos es más que improbable.