Se metió en la piscina por unos problemas en la espalda y ya pasa más tiempo dentro que fuera de ella. Jorge Crivillés afronta su cita anual con la aventura, esta vez en Japón donde tratará de convertirse el día 27 en el primer español que cruza el exigente Canal de Tsugaru. Un reto de 30 kilómetros con agua a 16 grados y con fuertes corrientes en el que el nadador alicantino estima que necesitará entre 10 y 14 horas para cumplir su objetivo.

El agua es su medio, donde pasa cerca de cuatro horas diarias preparando sus metas. Entrenado esta temporada por el ilicitano José Luis Larrosa, está patrocinado por la Fundación Asisa y nada a favor de los pacientes de cáncer de GEPAC. Siempre ha dicho que uno de los motivos por los que sigue haciendo «estas locuras» es para ayudar en proyectos solidarios. «Es una de las motivaciones que tengo cuando estoy horas y horas en el agua», señala el nadador del RC7, que colabora con fines solidarios siempre que su trabajo (visitador médico) y entrenamientos se lo permiten.

A sus 45 años ya puede presumir de tener en su poder la «triple corona», título que se concede a los nadadores de aguas abiertas que consiguen acabar la vuelta a Manhattan, el Canal de Santa Catalina y el Canal de la Mancha. Reconoce que está completamente «enganchado» a las aguas abiertas, a las que llama «aventuras» y está en pleno proceso de realizar los «siete oceános». De momento, su mente está en Japón. El día 27 mirará de frente hacia su reto con el equipo que lo acompaña. «El que se tira al agua soy yo pero tengo un equipo detrás que hace posible todo», señala una y otra vez Crivillés, que, como no, asistió a la multitudinaria travesía del pasado domingo Tabarca-Santa Pola.

Humilde y cercano, Crivillés confía en superar el reto en Japón, aunque las bajas temperaturas del agua y las fuertes corrientes hacen que la prueba sea una de las más complicadas que ha realizado. De cualquier forma, su preparación tanto física como mentalmente es exquisita y reúne todos los condicionantes para poder llegar a la meta.

Su primer contacto con la natación fue en 2009 a raíz de una lesión en la espalda. Enseguida entró en contacto con un grupo de nadadores y descubrió el mundo de la natación en aguas abiertas aunque todavía no se plenteaba ninguna meta tan ambiciosa como las que maneja en estos momentos.

En 2010 crearon el club de natación RC7 aunando deporte y solidaridad, ya que desde el principio el propósito era colaborar con AEAL (Asociación Española de Enfermos de Leucemia, Mieloma y Linfoma) dando difusión y visibilidad a la labor que llevan a cabo a través de los retos y travesías.

Todas las pruebas que realiza el nadador alicantino son a favor de la Asociación Española de Afectados de Linfoma, Leucemia y Mieloma (AEAL), encaminadas a dar difusión mediática a la labor que desarrolla esta asociación.

Durante la prueba estará acompañado por una embarcación y por piragüas que le avituallarán durante el recorrido y velarán por su integridad. No serán menos de 10 horas las que Crivillés deberá estar luchando con un mar que acostumbra a estar fuertemente movido y unas corrientes que suman dificultad al reto.