Medalla de oro en el Grand Prix que la semana pasada acogió la ciudad mexicana de Cancún, María Bernabéu ultima su puesta a punto para la cita más importante del año, el Mundial que se celebra en Hungría entre los próximos 28 de agosto y 4 de septiembre. La alicantina sueña con volver a subir a lo más alto del podio a sus 29 años.

¿Pensaba que podía lograr la medalla de oro en Cancún?

Había preparado bien la competición aunque el gran objetivo de la temporada es el campeonato del mundo en Hungría a finales de agosto. He participado en un par de torneos previos para mejorar mi posición en el ranking. Un Grand Prix siempre es complicado, en la final me enfrenté contra Sally Conway, medalla de bronce en los Juegos de Río. Era todo un reto para mí.

¿Por qué decidió parar después de competir en los Juegos?

Hacía tiempo que no tenía descanso y tuve que parar. Los Juegos se preparan con mucha intensidad y el desgaste es enorme. Tuve un descanso de la competición para volver después con más ganas. Me dediqué a entrenar un par de veces a la semana y a mantener el físico. Intenté llevar una vida normal como se dice en el mundo del deporte de élite, sin tener que entrenar seis horas al día. Salir con las amigas, ir al cine, descansar...

¿Con qué mentalidad está afrontando esta temporada?

Tengo muchas ganas e ilusión. La experiencia juega a mi favor y me veo bien. Quiero limar los pequeños detalles y acabar la preparación. Es importante que tenga confianza en mí misma y que esté tranquila. Pienso que puedo conseguir algo grande en el Mundial de agosto, las expectativas son bastante grandes.

¿Cómo ve actualmente el nivel del judo en nuestro país?

Tenemos un nivel muy bueno. Las nuevas generaciones están empujando fuerte y se sacan medallas en todas las categorías. En Alicante también surgen jóvenes, talentos con ganas e ilusión por conseguir sus objetivos. Los más veteranos no nos podemos confiar en ningún momento.

En más de una ocasión ha dicho que ve el judo más como una forma de vida que como un deporte, ¿cuál es el motivo?

El judo implica valores como compañerismo, solidaridad o familia. Todo lo que tiene origen oriental conlleva respeto a los maestros, es una lección de vida. Hay que respetar a los padres, el medio ambiente, a uno mismo. El judo tiene unos valores que van más allá del deporte. Lo que hago en los entrenamientos está relacionado con lo que soy fuera y con cómo me comporto.

Al margen de que tuvo que tomarse un descanso, ¿cómo recuerda los Juegos de Río?

La experiencia en los Juegos fue increíble, un subidón. Viví todo como una niña pequeña: la inauguración, la Villa Olímpica, estar con el equipo español? Fue un sueño que se hizo realidad, muy emocionante. Es una de las mejores experiencias que puede tener un deportista en su carrera, lo máximo para muchos.