Está acusado de defraudar de forma «consciente» 14,7 millones de euros al fisco español, y Cristiano Ronaldo, en el ojo del huracán, ha estallado contra sus asesores alegando que no sabía nada del asunto. Esta será su estrategia en el mediático caso, cuyos entresijos empiezan a desvelarse en Portugal.

«Ronaldo de eso no sabe, no supo y no podía saber», según resumió ayer el semanario portugués «Expresso» el mensaje que los abogados del astro pretenderán transmitir a lo largo del proceso, para el que han fijado dos objetivos: que sea lo más breve posible y que quede claro que el portugués no es Messi.

Cualquier parecido con el argentino del Barcelona, condenado a 21 meses de cárcel por defraudar 4,1 millones de euros, es indeseado para la defensa de Ronaldo, que no obstante se ve ahora investigado por el mismo tipo de ingresos que llevaron a su rival ante la Justicia: los derechos de imagen.

La Fiscalía de Madrid acusa al delantero de cuatro delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2011 y 2014, que suponen un fraude tributario de 14.768.897 euros. Las cuotas defraudadas son de 1,39 millones en 2011; 1,66 en 2012; 3,2 en 2013 y de 8,5 en 2014.

Lo hizo, según la denuncia del ministerio público, a través de una estructura societaria creada en 2010 para ocultar al fisco las rentas generadas en España por los derechos de imagen, algo que supone un incumplimiento «voluntario» y «consciente» de sus obligaciones fiscales en el país.

El caso, que ha indignado al portugués tanto como para plantear marcharse del Real Madrid, prevé tener un largo recorrido que se analiza a diario en Portugal, donde se han divulgado hasta las identidades de las peritas que lideran el proceso.

O al menos solo los nombres propios. «No es una mujer, sino tres» introduce el semanario «Expreso» para referirse a las peritas «Eva, Victoria y Caridad», de las cuales solo la última tiene sus apellidos incluidos en el texto, Caridad Gómez Mourelo, que intervino en el caso Noós.

El proceso que se abre ante Ronaldo tiene una fase previa de seis meses en los que «serán oídos testigos, peritos, abogados y el propio Cristiano, y solo después la Fiscalía decidirá si mantiene la acusación y el juez si la acepta».

En caso afirmativo, el jugador tendrá entonces «dos meses para confesar o no los hechos de los que se le acusa», algo a lo que, a juicio de «Expresso», «presiona» la ley española.

«La ley española prevé que, si el jugador confiesa, la pena descienda a dos años de prisión», lo que haría que Ronaldo, que puede enfrentar un «mínimo de siete años» de cárcel, deje de «arriesgarse a una pena de prisión efectiva y pasa a estar sujeto solo a penas en suspenso», sostiene el semanario.

Quedaría así, agrega, «presionado para apostar por lo seguro».

Los derechos de imagen

Los abogados del portugués llevan tiempo dando vueltas a los derechos de imagen del merengue, concretamente desde que estalló el caso Messi y «quisieron inmediatamente prevenirse» declarando los ingresos por este concepto. La clave del asunto es los plazos en los que este trámite se realizó. Según los abogados del astro, el jugador declaró en 2014 los derechos de imagen obtenidos desde 2011 porque pensaba que era ese año en el que los tenía que declarar y no en los ejercicios anteriores, como defiende el fiscal.

Cristiano declaró, pero con un criterio diferente. Éste es el núcleo de la defensa, que insiste además en que se trata de un tema extremadamente técnico en el que Ronaldo solo siguió el consejo de sus asesores. No es Messi, agrega inmediatamente después.

Mientras, el jugador del Real Madrid debutará esta tarde (17.00, Gol TV) con la selección de Portugal frente a México en la Copa Confederaciones que se disputa en Rusia.