Paradojas de la vida, el Alcoyano se ahogó en la orilla de su fortín, el campo de El Collao. La derrota frente al Cartagena, segunda del curso delante de su afición, echó por la borda el trabajo de 10 meses enfocado a retornar al escaparate del fútbol profesional. Nada hacia presagiar el desenlace gozando del factor campo, pero la carencia de efectivos, el desgaste físico y la ausencia del gol en el momento más decisivo, derrumbó el sueño de una afición que respondió abarrotando las gradas y llevando en volandas a un equipo que echó el telón derramando lágrimas sobre el césped.

El consejo de administración encabezado por Juan Serrano, harto de experimentar con el propietario del banquillo, confió el timón a Toni Seligrat, un técnico reputado en la categoría y curtido en la fase de ascenso a Segunda División. Cumplido el primer requisito, la comisión deportiva comenzó a fraguar el plantel contando con un 25% menos de presupuesto y con la premisa de reunir a 18 futbolistas, mayoritariamente con recorrido en el play-off.

La empresa resultó harto complicada hasta el extremo de arrancar la pretemporada con muy pocos efectivos (8). Los fichajes se cerraron progresivamente conformando un plantel equilibrado e ilusionante con rostros conocidos para los seguidores como: David Torres, Gato o Álvaro García. Con todo, el cuerpo técnico tuvo que ingeniárselas prácticamente cada semana para lidiar con las lesiones y sin que el «once» se viera afectado, como así sucedió en el transcurso de la competición regular. Otra historia bien distinta fue la fase de ascenso, complicada sobremanera con la lesión de Tomás Ruso.

Seligrat rescata el equilibrio entre los números de la defensa y del ataque

El Alcoyano cimentó la temporada en torno a una sólida defensa como pilar para sostenerse en la zona de privilegio del grupo III. El número de goles encajados en la Liga regular (32) le erigió como el segundo menos batido, por detrás del campeón Barcelona B (29). Las cifras en ataque (56) rayaron asimismo al nivel exigido de un equipo que aspiraba a lo máximo. Curiosamente, la fase de ascenso deparó lo contrario. No se celebraron goles y se encajaron 2.

Plantilla implicada y con sobrada experiencia en Segunda B y en fases de ascenso

La comisión deportiva logró reunir un vestuario con futbolistas experimentados en la categoría y con capacidad para moverse soltura en el momento clave del curso. El vestuario acumulaba 37 fases de ascenso a Segunda División, más 3 del entrenador, Toni Seligrat. Toda una garantía, aunque finalmente intervinieron otros factores para quedar apeados a las primeras de cambio. La comisión deportiva tiene garantizada la continuidad del 70% de los jugadores, incluido el técnico. Por el contrario, acaban contrato y están a la espera de que el club mueva ficha: Fran Miranda, Ángel López, Miguel Bañuz, Mario Arques, Álvaro García, Jorge Hernández, Carlos Barreda y Mariano Sanz.

La regularidad en el campo de El Collao, clave del éxito en la Liga

El campo de El Collao recuperó la etiqueta de fortín con la irrupción de Toni Seligrat. El equipo arrojó un extraordinario balance en la competición regular, aunque no es menos cierto que acabó perdiendo fuelle en las jornadas finales. El número de victorias se elevó a 11, por 6 empates y 1 derrota, contra el Atlético Saguntino (0-2). Ceder los primeros tres puntos en casa a mediados de abril trajo consigo una especie de cuesta abajo puesto que ya no volvió a ganar. A los dos últimos empates contra el Villarreal B y el Atlético Levante se unió la determinante derrota contra el Cartagena.

Las lesiones se ceban en el eje de la zaga

Las lesiones acompañaron al escaso plantel de Seligrat a lo largo de la campaña. Con todo, mayoritariamente se cebaron en el eje de la defensa. El capitán, Mario Fuentes, apenas tuvo continuidad debido a las dolencias musculares, circunstancia que obligó en el mercado invernal a contratar un recambio, Pau Bosch, sacrificando la ficha del ibense Jorge Devesa. La grave lesión de Tomás Ruso, en el choque de ida de la fase de ascenso en Cartagena, resultó ser la que más consecuencias negativas acarreó puesto que condicionó la alineación del encuentro del vuelta obligando a Fran Miranda a abandonar su demarcación natural en el centro del campo.

Búsqueda de recursos para sostener el proyecto

Asumida la idea de que el club continuará la próxima temporada en Segunda B, el consejo de administración medita la fórmula para obtener recursos que permitan dar continuidad al proyecto deportivo iniciado por Toni Seligrat. La entidad blanquiazul logró el milagro de colarse en la promoción con uno de los presupuestos más bajos de la categoría e intentará repetir la gesta el próximo año partiendo de una masa social que no supera la cifra de 1.300. Éste pasa por ser el gran caballo de batalla del presidente, Juan Serrano, consciente de que la ciudad de Alcoy posee un enorme potencial futbolístico, como quedó patente con el lleno y el ambiente que registró El Collao el pasado domingo con motivo del encuentro de vuelta del play-off frente al Cartagena.